4 dic. 2008

¿Medios Alternativos?

¿Qué significa en este momento construir un Medio de Comunicación Alternativo en Venezuela? Para poder responder esto tenemos obligatoriamente que hablar de la realidad de los medios de “comunicación" en Venezuela.

Existe una errática expresión que denomina a esos espacios de poder Medios de Comunicación Social. No lo son, ¿Existe acaso posibilidad de comunicación en esos espacios? ¿Hay acaso una comunicación no social? ¿Por qué llamar así a los medios y a las escuelas universitarias?

No es azar que la irrupción de los medios de difusión coincide con la política de posguerra del imperio: inculcar su ideología al ¨patio trasero¨ a través de las nuevas tecnologías, la TV, la radio, internet y las revistas, en el teatro y la ciencia. La filmografía y la publicidad difundida por estos medios, expresa esa exaltación: la competencia contra la cooperación, el lucro contra el rendimiento, la apatía contra el heroísmo, el egoísmo contra la solidaridad.

Los Medios de difusión no se encuentran para nada ajenos a la lucha de clases, de hecho son parte integrante, protagonistas; defienden irreductiblemente los intereses de la clase que ostenta su propiedad. Por ello la neutralidad, y el objetivismo son una trampa con la que pretenden imponerse como brazo hegemónico del capital. Buscan y han logrado fragmentar a la sociedad, inocular todos estos valores y convertirlos en verdades sociales incuestionables Son definitivamente archienemigos del socialismo.

La antítesis entonces radica en construir medios que garanticen que los procesos comunicacionales se activen y se dinamicen en el seno del pueblo. Para esto hace falta lograr una diferenciación con estos medios de difusión hegemónicos. Aunque el término “alternativo” no sea el más adecuado para asumir esta postura; en primer lugar porque la comunicación es una sola, y es la que se trata de reconstruir y enaltecer, los medios privados jamás la han practicado, por lo tanto asumir que hacemos comunicación alternativa es asumir que ellos si han practicado la comunicación.

Diferenciarnos del modelo hegemónico implica hacer esfuerzos muchas veces sobre humanos que nos colocan en situaciones en donde chocamos directamente con nuestra propia visión de mundo formada por el capitalismo, con el cúmulo de contradicciones que implica ser formados por el capitalismo y sin embargo construyendo el socialismo.

Esa diferenciación necesaria, muchas veces o es demasiado drástica, y no permite vincularse con la inevitable realidad, o ni siquiera se considera, entonces se repiten los mismos patrones capitalistas de la “comunicación” o mejor dicho de la difusión masiva.

Entonces ¿Cómo podemos construir un medio de comunicación en el que nos diferenciemos radicalmente del modelo hegemónico?

Una pregunta compleja que dudo responderla con facilidad. Yo creo que hay elementos innegociables a la hora de tratar de dar una respuesta. La participación activa de la gente, la organización, la conciencia del deber social y la presencia de valores socialistas en el proceso de comunicación son innegociables. Eso definitivamente apuntala a la construcción de algo totalmente nuevo, en el que la gente a través del proceso es capaz de desaprender lo heredado del pasado, y arriesgarse a construir algo nuevo, con nuevos valores y principios, en pro de la organización social como instrumento de subversión.

Sin embargo, todo esto cobra valor en la medida en que se contextualiza. El aquí y el ahora del Proceso Bolivariano Venezolano.

La derrota del 2D nos ha llevado a un estado de reflujo y de letargo que amenazan profundamente el proceso venezolano. El 2D representa el fracaso del proyecto pequeño burgués que conduce el proceso, expresa el miedo de esta ideología de avanzar definitivamente hacia el socialismo. Una ambigüedad permanente entre socialismo y capitalismo la caracterizan. Por ejemplo, después de tal batalla contra RCTV, esperamos el día en que finalizaba la concesión y la televisora sucesora más light no podía ser: prometemos patrocinantes capitalistas y participación de “escuálidos democráticos”. El Socialismo entra allí por la puerta de atrás. Todo se lo concedimos. Todo esto confunde profundamente al pueblo y lo despoja de razones para luchar.

Todo este proyecto reformista no ha hecho otra cosa más que oxigenar a una derecha que en otrora considerábamos derrotada (veáse 23N), que debilitar la opción socialista, menguar el camino de la revolución, llenarlo de extravíos y de falsas doctrinas seudocapitalistas en nombre del socialismo. Todo esto inunda de escepticismo al pueblo, de apatía. La apatía es una de las principales dolencias de una Revolución, es una enfermedad silenciosa, percibida sólo por los más avisados dirigentes. Cuando una Revolución padece la peste de la apatía, entra en situación de sumo peligro.

Los consejos comunales enfrentan serios problemas y todo su esfuerzo se diluye en la gota de petróleo que reclaman, y en la lucha contra la burocracia dadora de esta gota. Fueron sentenciadas a lo local, y ahora sufren del mal del localismo y del inmediatismo. Atravesamos un Período Especial, pero a diferencia del cubano, el nuestro es a base del enorme crecimiento económico nacional, que busca vías capitalistas para dinamizarlo.

Mientras esto ocurre, yugulamos al socialismo con medidas económicas propias de la pequeña burguesía. Buscamos alianzas empresariales, con los mismos actores del sabotaje petrolero, fomentamos programas desarrollistas de adquisición masiva de vehículo.

Muchos colectivos y organizaciones revolucionarias entraron en crisis ante el letargo, la frustración y la crisis de objetivos socialistas presentes en el proceso bolivariano. La dirigencia mezquina, corrupta e incoherente inspira escepticismo en la gente, que espera la luz en su dirigencia.

En época de auge el pueblo prácticamente se moviliza solo: basta una mirada de los líderes, una sonrisa o un chasquido de dedos para que la masa llene las anchas alamedas.

Otro síntoma es la pérdida de la condición gregaria de la masa, ésta comienza a disolverse, a resolver sus angustias de forma individual, a protestar o a aprobar aisladamente. Ya no hay “esquinas calientes”, las discusiones de grupos espontáneos son cada vez más escasas, y cuando aparecen no hablan de política, pues por ejemplo el futbol suele llenar el vacío en medio de un bar. A mucha gente ya le avergüenza hablar de Chávez y de Socialismo.

Entonces, ante este escenario ¿Cómo convocar a la gente para la construcción de un medio de comunicación para el socialismo? La convocatoria debe ser precisamente para poder superar esta etapa de freno y desesperanza. Corremos el riesgo de ser rechazados e ignorados, pero debemos desplegar una estrategia de movilización y de discusión permanente. Una misión evangelizadora. De debate en torno al socialismo y a la necesidad de llevar la lucha hasta las últimas consecuencias. Recuperar las calles, fomentar la diversidad de los procesos comunicacionales en cuyos espacios fluya la información de lo que está ocurriendo en Venezuela y en el mundo. La gente debe saber que una ola reformista y restauradora acosa a la revolución, que los gringos amenazan con la IV Flota, que el capitalismo está en crisis, que hay problemas mundiales de seguridad alimentaria... Que la lucha de clases está viva, que el movimiento obrero comienza a dar señales de protagonismo y que no podemos darnos el lujo de sacrificar esta oportunidad, sencillamente porque estamos ante la posibilidad de construir el socialismo o acabar definitivamente con especie humana.

TatuyTV

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