14 sept. 2009

EL MAESTRO ALLENDE

El filósofo George Santayana escribió una vez: “Quien no aprende de la historia estará condenado a repetirla.” La historia ha demostrado que la sentencia es verdadera, quien ignore la historia está condenado a repetirla con una gran carga de sacrificio para las sociedades incautas.

Para nosotros en Venezuela, una de las experiencias históricas que debemos estudiar con mucho rigor, es la Revolución de Chile. Allende es para nosotros un maestro, de él debemos aprender.
La Revolución de Allende, guardando por supuesto las diferencias culturales de los dos pueblos, es muy parecida a la nuestra: las dos pretenden ser pacíficas, tienen los mismos enemigos, sufren las mismas agresiones. Sin duda, de ella debemos aprender, repetir su desenlace sería una catástrofe.

Las Revoluciones son un milagro hecho por el humano. Son muchísimos los factores que intervienen en ella, y muchísimos los errores que pueden conducir a la derrota del proceso, por tanto, es importantísimo el estudio de las experiencias pasadas, sólo así la humanidad aprende a construir asombros.

Veamos algunas enseñanzas de la Revolución de Allende.

Primera enseñanza: las clases dominantes son capaces de todo con tal de mantener su dominación, son capaces de crear la mayor ilusión de “democracia,” y también de apelar a la más feroz dictadura. Por tanto, las fuerzas revolucionarias no deben sustentar su política en la creencia del respeto oligarca a las leyes, ellos no tienen más ley que la defensa del Capital.

En Chile violaron los más elementales códigos, los fundamentales derechos, sin ni siquiera sonrojarse. Pinochet y Frei son las dos caras de la misma dominación oligarca.

Segunda enseñanza: Las alianzas con la oligarquía son como el beso de judas: traición. Las oligarquías no son humanas, son personificaciones del Capital, están poseídas por el dios dinero, obedecen a sus mandatos, no tienen otra voluntad.

Abrazarse a las oligarquías no salva a las revoluciones. Al contrario, el pueblo, la masa que apoya a la revolución se confunde, es presa del escepticismo, se aparta, y en ese momento la oligarquía saca sus garras y da el zarpazo.

Tercera enseñanza: La ofensiva de las oligarquías contra las revoluciones se hace desde un frente externo, de fácil detección, y desde un frente interno, más difícil de percibir. Este frente interno es el más dañino en las revoluciones pacíficas, plantea fórmulas que extravían y debilitan.
Este frente interno, reformista, fue en gran medida el error del milagro chileno, la conciliación en Chile desconcertó a su base de apoyo popular y posibilitó la arremetida del aparato militar burgués.

Los reformistas son la expresión más peligrosa de la oligarquía, son una eficaz fuerza taimada, disfrazada, parte importante en el derrumbe de las revoluciones. Después hacen la historia y como el gato ocultan sus culpas imputando a los verdaderos revolucionarios. Así, los Reformistas chilenos salieron por el mundo a deformar aquella historia y a culpar al MIR Chileno de la derrota producida por la oligarquía y la concertación castradora.

¡Gloria a Salvador Allende y a Miguel Enríquez!
¡Chávez es Socialismo!

Antonio Aponte

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