Esta Revolución, ha sido partera de hijos combatientes, dispuestos a entregar su vida por el sueño supremo de la humanidad: el Socialismo. Gorsiño era reiterativo a la hora de expresar su condición de combatiente y su destino de mártir. Murió como vivió: necio y rebelde por hacer lo que creía justo.
Su condición de clase humilde y excluido lo acercó a aquellos espacios donde se le daba sentido a su resentimiento, donde se le daba explicación a su malestar; malestar común a todos los hijos humildes de esta sociedad. Así empezó Gorsiño a dejar de ser el hijo de Mario y Juana para convertirse en el muchacho ligado a las luchas estudiantiles que empezaba a pensar y caminar con cabeza y pies propios, empezaba a actuar y a sentirse hijo de la revolución.
Calcibón, conocido así por sus compañeros de militancia por su delgada figura, se incorpora a las filas de Integración Universitaria, su asidero político y espiritual. Así empieza a vincularse a la organización de los estudiantes de Educación Media, en el seno del Liceo Bolivariano Alberto Carnevalli; toma por hogar a las Residencias Domingo Salazar para aportar desde su ingenuidad y su corta edad esfuerzos en la organización social y en el bienestar de su comunidad. Acompañó a Integración en todas sus luchas cotidianas, pero nos tomaría decenas de páginas reseñar la vida del compañero que entregó tanto con tan poca edad.
Sin embargo, no podemos dejar de recordar al Calcibón de la Marcha del 23 de Enero de 2010 en Caracas, que con emoción caminaba bajo el inclemente sol del mediodía caraqueño, repartiendo los panfletos de la Gran Campaña en el que se plasma la tarea de los revolucionarios propuesta por Integración Universitaria.
La muerte de Gorsiño Carrillo no podrá olvidarse jamás. El pueblo lamenta haber sacrificado a este compañero, y a tantos otros en las manos del fascismo dispuesto a yugular la flor del socialismo. El nombre de Gorsiño solo se dignificará en la medida en que avancemos decididamente a profundizar el Socialismo. Cualquier pacto y negociación con los verdugos del pueblo será rechazada por el pueblo digno que llora a sus combatientes caídos. El pueblo reclama que la entrega y la humildad que caracterizó a Calcibón sea emulada por la dirigencia de este proceso. El pueblo exige desprendimiento absoluto de su dirigencia revolucionaria, cualquier privilegio nos acerca al Capitalismo, nos acerca a la muerte y a la impunidad.
Sólo el Socialismo enaltece la vida y obra de los compañeros caídos
Seguiremos batallando por un Mundo Nuevo.
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