21 mar. 2013

El cinismo de los asesinos de Chávez.


Tal como en los días de la Independencia , cuando los asesinos del Libertador abusaron de la credulidad del pueblo, hoy los verdugos de Chávez, con cinismo, pretenden repetir la historia, abusar de la credulidad de los pueblos.

Asesinaron a Chávez y, con impudor, se pasean por la política venezolana, se saben protegidos del crimen que suponen perfecto, difícil de probar en poco tiempo, aunque políticamente existen abundantes motivos, evidencias en declaraciones, odios que señalan a los actores.

 Ahora, amparados en una impunidad insólita, lanzan rumores, mienten, deforman,  dicen lo que les da la gana. La masa está inerme frente a esta verdadera guerra de manipulación de las almas. Luego, si la situación les exige, se retractan. Así regresan a su santuario de legalidad. Aunque la moral y la ética les quede maltrecha ya lograron su objetivo: confundir. Policialmente están protegidos, aunque moral y políticamente son convictos del magnicidio.

Trabajan sobre el inconsciente colectivo, forjan conductas que les favorezcan, ese es el verdadero campo de batalla. Despiertan miedos, angustias ancestrales, operan desde laboratorios con alta sofisticación en manipular almas. Es allí que debemos hacerles frente, combatir sus mentiras creando nuevos valores y creencias, debemos mostrar sus intenciones, lo que pretenden con sus artimañas.

Después que asesinaron a Chávez pretenden erigirse en sus albaceas, dictaminar quién es o no es chavista, a quién seguirá el pueblo. Diagnostican que Maduro no es la continuidad de Chávez, casi dicen que la continuidad es capriles.

La estrategia es conocida: asesinaron a Cristo y después llevaron a los cristianos a las catacumbas y a él a los altares, a las estatuas, lo alejaron de las luchas del pueblo humilde. Lo mismo hicieron con el Libertador. Con Chávez intentan algo igual, sus asesinos dicen: "el era un gran líder, un buen hombre… pero sus seguidores, su equipo, no". Se apoderan de su figura y persiguen a sus seguidores más auténticos. La historia se repite.

La situación es preocupante. Esas manipulaciones tienen efectividad, consiguieron transformar la fuerza redentora de Cristo en apoyo a las oligarquías y a los imperios que tanto combatió. Al Libertador lo transformaron en un egoísta con pretensiones monárquicas, su pueblo lo execró y murió solo en San Pedro Alejandrino.

Con Chávez no repetirán la historia. La impunidad debe acabarse: por cada mentira debemos tomar medidas ejemplares. Juegan con la muerte del Comandante, eso debe cobrarse. Si las leyes son inoperantes para castigar estas horribles actitudes, el pueblo chavista debe castigarlos. El más insoportable castigo para estos oligarcas es el fracaso de sus intenciones: aplastarlos en las elecciones. Su mayor castigo es la continuidad del sueño y la obra del Comandante Chávez con Maduro. Juegan con candela. Este pueblo, tantas veces vilipendiado, tiene las herramientas políticas que lo hacen capaz, no de un mero motín como en el pasado sino de demostrar su ira derrumbando el reino oligarca y construyendo sobre sus ruinas un nuevo mundo, como en la Independencia.

¡Con Chávez es con Maduro!

Por: Un Grano de Maíz

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