Decálogo del legislador revolucionario.
Entenderás que la ley será siempre un instrumento operativo para hacer la Revolución, jamás será el origen de la Revolución.
Tus acciones no pueden proteger intereses que socaven la dignidad del pueblo.
Tendrás conciencia de clase explotada.
La inmunidad parlamentaria la concebirás como la inmunidad que te protegerá de la corrupción y el clientelismo.
Serás un estudioso de la teoría revolucionaria y un investigador empedernido de los procesos sociales y culturales de tu pueblo.
Tus intereses no privaran jamás sobre los intereses del pueblo soberano, sobre su voluntad.
Tu salario no deberá duplicar el salario mínimo establecido.
Tu debate asambleario deberá estar fundamentado en el debate y reflexión populares.
Ayudarás al gobierno revolucionario a impulsar políticas que transformen verdaderamente la estructura económica, social y cultural del país.
Sancionarás leyes que materialicen la emancipación ideológica, nunca aquéllas que fortalezcan la alienación y confusión política.
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