27 jul. 2010

Halcones sobrevuelan la tierra de Bolivar. Almendra Amarga. Comunicadora social.UBV/ Mérida

Venezuela es un país cuya posición geoestratégica está aunada a grandes reservas de petróleo, gas, carbón, oro entre muchos otros, que hacen de él un exquisito banquete para las grandes potencias que se mueven a golpe de energía y que promueven con energía los golpes de Estado, para aniquilar los cambios políticos de los pueblos suramericanos y del mundo; que buscan superar el atraso al que fueron sometidos gracias al saqueo imperial.


Esta situación de riqueza fue controlada por los estadounidenses durante el siglo pasado y, comenzó a modificarse desde la llegada del presidente Chávez al poder, despertando gran preocupación en el departamento de Estado, quien profundizó el Plan Colombia y le asignó la tarea de desestabilizar la región; para frenar el proceso de integración y la expansión del socialísmo. Trabajo impecablemente desempeñado por Alvaro uribe hasta los últimos días de su mandato.


Ante el descalabro de la economía mundial ( antes de la caída de las Torres Gemelas) a causa de las multimillonarias inversiones en armas para promover la guerra y la acumulación de capital en pocas manos, el gobierno de Bush (hijo) con la asesoria de los llamados “halcones” apretó las tuercas en las políticas para América Latina y en especial para Venezuela; buscando asegurar el control de los recursos petroleros, los mercados para el ALCA y la vigilancia del proceso político venezolano.


Los asesores de Bush salieron de la administración de Reagan y Bush (padre), considerados la linea guerrerista y conservadora; estos halcones tras la caída de la Unión Soviética en 1989, consideraron que no tenían obstacúlo para expandir su poder por el mundo; crearon el documento denominado The Project For New American Century (PNAC, siglas en ingles) Proyecto para el Nuevo Siglo Americano (PNSA siglas en español). en él se proponen dominar militarmente el mundo, incluyendo toda la tierra, el espacio, el ciberespacio e incluso el derecho a intervenir en todos los conflictos políticos sin excepción.


A este grupo de hombres y mujeres se le conoce como los “Neocons”, por provenir de los conservadores de ultraderecha del partido republicano, que condenaron la forma blanda de gobernar de Bill Clinton. Son seguidores del partido de extrema derecha israelí Likud, quienes promulgan el sionismo desde la infancia y el libre mercado; esta política ha continuado con la administración de Obama, donde no hubo otro cambio que el de darle luz verde a los sionistas para que destruyan al pueblo palestino. Estos halcones controlan la casa blanca, el departamento de defensa, los servicios de inteligencia y buena parte del congreso.


Algunos nombres resultan familiares en la memoria de la humanidad, porque son los creadores de las últimas guerras que sin compasión patrocinan los medios de comunicación privados. Willians Rivers Pitt, colaborador de New York times, en la Red del tercer mundo, confirma a Dick Cheney, Lewis Libby, Donald Rumfeld, Paul Wolfowitz, Eliot Abrams, Jonh Bolton, Richard Perle y Francis Fukuyama entre otros. Este último es autor del libro El fin de la historia y el último hombre, escrito al derrumbarse la experiencia socialista, lo que le permitió sostener que el mundo tendría un solo gobierno: la democracia liberal estadounidense.


Aparte de eliminar a Saddam Husseim, invadir a Irak y apropiarse de sus yacimientos, se proponen atacar a Iran, Corea del Norte e imponer su sangrienta democracia frente al supuesto eje del mal; el golpe de Estado en Honduras, las bases militares en Colombia, el ataque a la gran flota de la paz, la invasión a Costa Rica y, la acusación contínua del gobierno de Alvaro Uribe a la República Bolivariana. Todos estos elementos tienen a Venezuela asediada por todos los flancos; es la agenda de estos asesores militantes de la ultraderecha estadounidense e israelí que se proponen el dominio de todas las riquezas de las naciones.


La administración de Uribe fue y es aún tan eficaz (le quedan pocos días) para este proyecto imperial, que les deja un sucesor para completar la obra, siete bases militares para incrementar el poderío con reacción ofensiva; miles de refugiados en Venezuela, Ecuador y el resto del mundo, miles de desaparecidos, asesinatos impunes, la ruptura de las relaciones diplomáticas con el hermano pais y millones de colombianos sedientos de justicia y paz.


Lo que no es falso y además muy positivo, es el comportamiento del gran pueblo suramericano, quien está dispuesto a cumplir su destino de defender los territorios como lo hicieron sus ancestros. El nido de halcones podría desbaratarse y volar en mil pedazos, si no logran controlar la catastrofe financiera que tiene al pueblo estadounidense a pan y agua.


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