6 abr. 2011

Digamos la verdad: ¡Gadafi es muy feo! Por TatuyTv

Sé todos los cuentos
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre
ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.
León Felipe

La cultura del Capital funciona sobre un colchón de mentiras. O, dicho mejor, solo funciona con mentiras. Y el problema es que lo hace de tal manera que hasta sus peores enemigos los “terroristas” antiimperialistas terminan creyéndoselas.

Si alguien, con algo de seriedad, se pone a estudiar el caso libio termina descubriendo que la realidad está hecha “de cuentos” y que en la mayoría de los casos hasta nosotros mismos, los “izquierdistas” nos los creemos. Y aunque el poeta no lo dice, hay una gran diferencia entre saber “todos los cuentos” y creérselos. 

Sobre Libia y Gadafi  y sobre sus actuaciones político-sociales en los muchos años que él ha sido máximo responsable de la política estatal libia se dicen muchas mentiras. Y como existen laboratorios que se dedican profesionalmente a la producción masiva de mentiras –pues saben con claro sentido goebeliano que mil veces bien repetidas se convierten en verdad–, con la clara intención de atacar y destruir cualquier persona u organización que desarrolle una praxis coherente con proyectos emancipatorio-liberadores. Se pretende así, por la vía de los “cuentos”, disuadir a los pueblos de la búsqueda de sus propios proyectos, o por lo menos mostrarles a que se exponen si los intentan.

En ese contexto es importante aclarar el significado de la palabra “terrorismo” tan usada hoy por los comandos imperiales de guerra de IV generación: creemos que se refiere sin duda a cualquier intento que desde la praxis realice un pueblo para conocer su historia en búsqueda de alguna verdad que le permita construir su proyecto de vida, usando sus propias fuentes, y poniendo el compromiso de informar y formar su propia dignidad por encima de los intereses de cualquier  clases o ideología dominantes, intentando, así  la utopía de crear pueblos y culturas autodeterminados.

Recordemos, es necesario,  que la ideología (y la cultura) que se transmite, que se propaga (la de “los cuentos”) en una sociedad de clases, es esencialmente la de los dueños de los grandes medios o empresas de información y comunicación, fieles esclavos del Capital, ese es el verdadero y único significado de la “libertad de expresión.

Por ello, todos estos días he estado pensando qué ha cambiado en Gadafi para que ahora simplemente se le quiera eliminar. Y por qué “la izquierda” (pareciéndose demasiado al interés imperial) se desmarca de Gadafi y se queda (¿estúpidamente?) callada.

Por ello, veamos los hechos reseñados no solo en medios independientes confiables (que si hay algunos: TeleSur, Kaos en la Red, Argenpress,….) sino también en la llamada “gran prensa” del imperio y que a veces no le queda otro remedio que publicar cosas, que estudiadas con cierto discernimiento pueden ayudarnos a ver mejor, o por lo menos, a ver algo…


Desde la década del 70, Gadafi nacionalizó el petróleo, lo cual generó la indignación de las transnacionales, en 1973, participó junto con otros países árabes, en el embargo petrolero contra USA y sus sirvientes cercanos, por su política descarada de financiamiento a la acción genocida de Israel contra Palestina. Solo la existencia y el apoyo de la URSS les libró de una invasión. 

Desde que comenzó la llamada “caída del socialismo real” en 1982, USA decretó un bloqueo comercial a Libia. En 1984 organizaron un atentado contra Gadafi y en 1986, bombardearon Trípoli y Bengasi, destruyendo su residencia y matando a una de sus hijas. 

En 1992, ya sin el impedimento del socialismo real, así llamado, USA y sus aliados (usando la supuesta legalidad de la ONU) decretó un embargo a Libia. La situación económica se torna insostenible para el pueblo libio y Gadafi decide pactar. Gracias a ello en 1999 la ONU suspende las sanciones, situación que solo se hace efectiva a partir del 2004 cuando los halcones de Washington aprueban la suspensión. ¿Que cedió Libia? Bueno, parece que entre otras cosas renunció a su proyecto nuclear. Y en el 2005 comenzó un proceso de semi-privatización de su petróleo (que es mucho y de muy buena calidad) Hubo una rebatiña y el hasta ahora “terrorista” Gadafi comenzó a ser recibido (véanse las fotos publicadas en el blog de TatuyTV recientemente) muy amistosamente por los gobiernos que antes le declaraban “terrorista”. 

¿Qué pasó ahora? Porqué de nuevo la “comunidad internacional” vuelve a pedir la cabeza de Gadafi.

Pascual Serrano (Rebelión), cita dos hechos que yo creo esenciales: El 25 de enero de 2009 Gadafi hablo nuevamente de nacionalización del petróleo libio, como única manera de enfrentar el problema de los precios bajos del petróleo impuestos por las políticas neoliberales, entonces plenamente exitosas. De hecho Gadafi propuso ante el máximo órgano legislativo libio (el Congreso Popular) iniciar un proceso de renacionalización de las empresas extranjeras. Recordemos que Libia, como muchos otros países de la OPEP posee una economía que depende esencialmente del petróleo.  

Pero el 26 de febrero del mismo año, Gadafi propuso al pueblo libio un proyecto para entregar directamente a los 5 millones de ciudadanos libios una renta de hasta 23.000 $ anuales, especialmente para el millón de libios más pobres. Libia en ese momento y todavía hoy, es el país del planeta que tiene las reservas internacionales más grandes (antes de la invasión “humanitaria” eran de alrededor de 200 mil millones de dólares). Por supuesto, inmediatamente se genera una fuerte oposición, pero no desde el pueblo, sino de las oligarquías libias que siempre le han tributado al Capital y al imperio. Pues además Gadafi habría propuesto una limpieza para terminar con lo que él denomina “estado de corrupción persistente y generalizado”. En un discurso ante  el Congreso Popular dijo “No tengan miedo de tomar directamente el dinero del petróleo y la responsabilidad de crear las estructuras de gobierno para el bien de nuestro pueblo”, además agregó “Si lo hacen fracasar será vuestra responsabilidad. Yo me lavo las manos”.

 Inmediatamente apareció (desde esos días y no desde ayer) una resistencia armada, uno de cuyos grupos esta dirigida por un ex-ministro de Gadafi, que afirma representar “genuinamente” al pueblo. El problema es que aunque no lo represente de ninguna forma, es innegable que un significativo sector del pueblo libio ha dejado de creer en Gadafi, en parte debido a las posiciones conciliadoras e indefinidas que el otrora líder mantuvo con respecto a USA y Europa. La prueba de esto la dio su hijo cuando anuncio a los cuatro vientos que ellos habían pagado la campaña electoral de  Sarkozy. 

Por supuesto, la OTAN, apoya a los “rebeldes” en armas, quienes gracias a este apoyo ya han recuperado algunos de los  pozos petrolíferos más importantes y cuentan con el permiso de USA para comenzar a exportar “inmediatamente”. 

Y el imperio salva la “población civil” (entiéndase que esta expresión refiere exclusivamente a los que defienden los intereses gringos) bombardeando al resto pueblo libio (el cual por supuesto no es “población civil”) con bombas de uranio empobrecido y otras menudencias de ese estilo…–cualquier parecido con la propaganda que los medios del imperio manejan alrededor de la “sociedad civil” venezolana… ¿será simple coincidencia? –

Todo eso no debería sorprender a nadie. El imperio solo cree en sus intereses y el único pacto que respeta es el que tiene con el Capital. Pero además el imperio está sumido en una grave crisis estructural que lo obliga a violar constantemente hasta su propia legalidad y con mayor razón aun la de cualquier nación o persona que les sea incomoda a sus intereses. Por ello no importa para nada que Gadafi sea “bueno” o “malo”


Pues el interés (y la necesidad) fundamental del imperio en estas circunstancias es el control total de las fuentes de energía. Hay que ser demasiado estúpido para no ver qué hay detrás de la “acción humanitaria” de la OTAN en Libia. Detrás está, sin duda, el desmembramiento de la OPEP para poder manejar no sólo las reservas de petróleo y gas sino para poder disponer a su antojo de sus precios. Detrás está acabar con la ola de protestas populares que se desarrollaban ya, en todo el mundo. Detrás está América Latina y sus procesos sociales. Es decir detrás está el mundo. ¡La vida!

Entonces ¿cómo puede alguien desde posiciones “de izquierda” decir que… bueeeno no nos gusta lo que hace el imperio en Libia pero coño, es que Gadafi es tan malo y tan feo….?

Yo sé muy pocas cosas, es verdad, pero me han dormido con todos los cuentos... y sé todos los cuentos.”

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