"La primera de todas las fuerzas es
la opinión pública".
Simón Bolívar (1° de noviembre de 1817).
Tras la
victoria perfecta, la autocrítica y el proyecto para la etapa naciente. En
materia de Comunicación, un clamor nacional recorre cada rincón. Quedó claro
que todos los avances, logrados por el Gobierno Bolivariano, son aún
insuficientes para acompañar la dinámica de una Revolución que abre horizontes
permanentemente. El desarrollo es desigual y combinado.
La
etapa actual exige estrategias y medios de comunicación emancipadores, con
agendas propias, capaces de enfrentar las debilidades políticas que restan
visibilidad a los logros y que impiden fortalecer la organización y la
movilización social. Necesitamos una gran Revolución Comunicacional. Salir de
los estereotipos y de los acartonamientos; necesitamos revolucionar las
metodologías del relato comunicacional y necesitamos ganar terreno a una
estética revolucionaria capaz de orientarse a partir de la ética.
Está
claro que el modelo que se ha seguido, hasta ahora, no ha sido capaz de ofrecer
respuestas. Está claro que es necesario reconocer nuestras zonas ciegas y
nuestras debilidades teóricas y prácticas; está claro que hay que iniciar una
etapa nueva que salde lo que está pendiente y que avance hacia instancias
superiores. No hay alternativa. No es tan imposible liberarse de los formatos
inútiles.
Contamos
con recursos, expertos, necesidades y tecnología suficientes para trazar un
plan de corto plazo que dé resultados inmediatos y movilizadores. Está claro
que lo que debe ser dicho y debe ser escuchado no pude quedar atrapado por la
inoperancia ni por el descuido. La Revolución enfrenta una etapa exigente en
sus retos ideológicos y las herramientas de comunicación deberán ser factor clave
de las nuevas victorias perfectas. No su freno. ¿Nos quedaremos callados?
(Correo
del Orinoco 14 de octubre de 2012)
BuenAbad@gmail.com
México, D.F.
1 comentario:
como bien se expresa en este escrito. la exigencias son superiores, el nivel de estrategias comunicacionales y emancipadoras como lo propone Buen Abad es más complejo que seguir en los partidos, son las calles, las comunidades, el común quien exigirá respuestas y declarara lo que requiera ser atendido para purificar y desviciar lo que nos enseñaron como democracia, hay que tener cuidado hasta con el de al lado
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