10 mar. 2011

OTAN desafía al mundo y a la coalición Euroasiática. Por Herminda Ramírez Moreno (*)

Ante el desprecio por la paz y el derecho internacional para discernir los conflictos globales y la imposición de la guerra en los territorios africanos y euroasiáticos. Algunos países de la zona han unido fuerzas para enfrentar el poderoso enemigo occidental, como es la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), conformado por más de 20 países europeos, Canadá, Estados Unidos e Israel.

La incontenible agresión de este órgano político-militar, ha declarado el territorio del Cáucaso, África y Asia central como “zonas de Interés Estratégicos para los Estados Unidos y sus aliados”, aplicando políticas que van desde invasiones hasta la desintegración de países, acompañados de guerra y miseria. Tal comportamiento obedece a la extirpación de los gobiernos que le son hostiles o de influencia socialista que se oponga al disfrute de sus riquezas naturales.

Ante este sombrío escenario se conformó la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y la Organización de Cooperación de Shangai (OCS), ambas consolidan una organización  regional internacional de carácter político-militar creada en el marco de la Comunidad de Estados Independientes (CEI ex Unión Soviética). Sus integrantes son: Rusia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Tajikistan, Armenia y Uzbekistán.  

Pero la mayor preocupación de la OTAN, es la participación de China, Rusia y los observadores interesados como Irán, India, Mongolia y Pakistán en la OCS; es decir las economías emergentes del mundo que tienen desarrollo nuclear. Además que el gigante asiático preside el Consejo de Seguridad en las Naciones Unidas y no comparte la posición de invadir o agredir militarmente en este caso al pueblo Libio. 

¡Que teme la OTAN?

La mayoría de los líderes de la codiciada Asia central le han puesto freno a las políticas agresivas de los Estados Unidos, propinándoles algunas  significativas derrotas geoestratégicas que  desconfiguran su mapa hegemónico y agiganta su odio. 

Una de las preocupaciones más fuertes es el nacimiento de un nuevo eje político que hace contrapeso a la  idea de un solo Estado global, propuesto por el eje EEUU. Unión Europea e Israel. Llenando el vacío que dejó la  Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Fortaleciendo Mundo Multipolar.

El artículo 12 del tratado bilateral Rusia-China, ratifica el trabajo conjunto para mantener el equilibrio geoestratégico global, promover el desarme nuclear. También quedaron establecidas las luchas contra las actividades terroristas, el narcotráfico y los movimientos separatistas que son financiadas por  los gobiernos estadounidenses y británicos.

Según el secretario general de la Organización del tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) Nikolai Bordiuzha “La geografía para las actividades de paz puede ser cualquier lugar del planeta, donde surja un “punto candente” ” (Agencia rusa Ria Novosti). 

Para la muestra un botón: La expulsión del ejército de EEUU de Uzbekistan, donde pasó lo mismo que ahora pasa en Libia, es decir una revuelta dirigida desde afuera para crear caos, culpar y deponer el gobierno; los organismos internacionales se encargan del castigo y de colocar el títere que  les aseguren la permanencia en el poder. Esto ocurre con gobiernos que coquetean  con el imperio, ese es el problema que enfrenta el “Perro Rabioso del desierto” Muammar Gaddafi, llamado así por Ronald Reagan (no pudo controlarlo); el líder libio es amado por muchos y odiado por pocos que parecen muchos, pero son dueños de las agencias de noticias.

Otro botón  lo representa Kirguizistán, país ubicado en la zona más volátil del mundo que se disputan tanto la OTAN como la OTSC, limita con China, tiene un enclave militar de la OTAN y otro de la OTSC, a la cual se suscribió. Los EEUU además acaba de perder el control de Ucrania, quien retornó a la influencia rusa, después de haber sufrido los embates de la revolución de colores (naranja) preparada por la CIA y el Mossad Israelí; se encuentra allí la flota Rusa, esto significa un retroceso en las operaciones militares del Pentágono. 

Los halcones están perdiendo espacio y la crisis económica se agudiza, las sumas millonarias invertidas en organizaciones para desestabilizar gobiernos como la Endowment for democracy, Freedom House, el National Democracy Institute entre otros, no han dado resultados permanentes: el caso Venezuela es la joya de la corona, fue victima de la más terrible desinformación y aislamiento por parte de los medios de comunicación. Las  recientes huelgas de hambre están financiadas por estos órganos extranjeros.

África, Eurasia  y medio Oriente conforman el “triangulo del petróleo” con  más del 75/ de las reservas energéticas del mundo, ésta es la razón de tanta creatividad por parte de la OTAN y sus aliados; la creación del Estado de Israel dejaría de tener sentido si no controlan el petróleo y el agua en la región.  Como los cuervos Israel sacará los ojos a su padre.

La llegada del Alba

La OTAN demuestra desesperación y desconoce la propuesta hecha por los cancilleres de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA); el fortalecimiento de  Kaddafi crece y recupera fuerzas, esto podría acelerar un ataque militar, que sería rechazado por el mundo árabe y provocaría su unión. Asunto que no le conviene al imperio sionista que ha retrocedido ya en Asia central.

El acercamiento de Venezuela con el eje China-Moscú le quitó el sueño  a los Halcones que crecieron bajo las alas de Ronald Reagan y Bush padre; conservadores y propagadores junto con el siniestro gobierno de Israel, del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano (PNSA); que persigue dominar el mundo y apropiarse de todas sus riquezas en nombre de Dios.

El nuevo milenio promete que volveremos a tener un mundo equilibrado, el imperio se desvanece, millones de personas piden pan y trabajo en el país más rico del mundo, mientras su gobierno se dedica a conspirar y a sembrar el terror; la verdadera revolución nacerá en el seno de la sociedad más desarrollada; una premisa marxista para el modelo neoliberal.

(*) Comunicadora social UBV /Mérida.

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