11 nov. 2012

Lealtad. Por un Grano de Maíz




En Venezuela la Revolución Pacífica se va conociendo a sí misma desentrañando sus leyes inéditas. Somos un laboratorio histórico, todo lo que aquí sucede se convierte en enseñanzas, en lecciones de la vía pacífica para la liberación del humano. Somos una cátedra, es nuestra responsabilidad reflexionarnos.
Estamos sumergidos en unas elecciones regionales que dejan a su paso importante material para su estudio. Veamos.

Las elecciones regionales burguesas son instrumentos formidables para la elevación del soporte fundamental de la dominación capitalista: el egoísmo. En estas elecciones, como en ninguna otra, aflora la ambición personal sobre el sentido de sociedad. La compulsión egoísta dirige las acciones, los grupos mezquinos y las individualidades miserables emergen como parodias desteñidas de emperadores romanos, de Calígulas y Nerones. Son días en los que se expresa lo peor de la condición humana: se disputa lo pequeño, se fragmenta a la sociedad en cascajos de egoísmo.

Sin embargo, también las elecciones regionales son territorio, ocasión, para que aflore el polo opuesto de la condición miserable, son oportunidad para el surgimiento de los grandes hombres que como suele ocurrir emergen desde el miasma, se crecen en las dificultades, superan la degradación del entorno y, desde la oscuridad, su brillo asombra al mundo.

Es así como en las elecciones regionales abundan las zancadillas, las trampitas, los míseros juegos de la pequeña política. Pero sobre todas esas miserias prolifera la deslealtad, ese es el pecado capital de las elecciones regionales.

La oligarquía sabe que mientras impere la ingratitud, la traición, habrá fragmentación social y sobre ella se construirá la dominación burguesa. Es por eso que la lealtad es un arma revolucionaria. Es una lección de esta Revolución Pacífica: la lealtad al líder, al Comandante Chávez es, más allá del sentimiento, una condición política indispensable para la salud revolucionaria, dota de cohesión a la Revolución, es un frente de batalla importantísimo para la supervivencia, para la existencia de la Revolución.

Es en la lealtad donde se miden la fortaleza y el avance ideológico de la sociedad. La lealtad es derrota del egoísmo, de los valores capitalistas.

En estas elecciones regionales aparecen los dos comportamientos: la miseria y también las más excelsas cualidades de la condición humana. 

Dentro de la Revolución, no podía ser de otra manera, se encuentran los que por un plato de lentejas traicionan, los que se dejan seducir por el pasado y no son capaces de renacer, de emprender el camino de transformarse, de construirse hombres nuevos. Pierden la batalla escenificada en su alma, son bajas de la guerra espiritual.

Pero asimismo aparecen los grandes gestos de los revolucionarios que luchan por alcanzar, como decía el Che, "el escalón más alto de la especie humana: ser Revolucionario". En estas elecciones, territorio de enfrentamiento, se mostrará lo que somos como pueblo y también lo que somos como individuos.

¡Con Chávez es con sus candidatos, lo demás es traición!

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