9 ene. 2012

Aló presidente Guerrilla Semiótica Televisada. Por: Fernando Buen Abad Domínguez



Nadie imaginaría que un programa televisivo largo, muy largo , basado casi en una sola toma, sin movimientos ni efectos espectaculares, con un hombre que habla y habla, que incluso canta de cuando en cuando, y feo , sería uno de los foros de comunicación y educación política más importantes en plena "Civilización de la Imagen ".

Nadie imaginaría que tal experiencia de comunicación sería un apogeo de celebraciones revolucionarias, manicomio para funcionarios gubernamentales, voz de pueblo emplumada con rebeldías, sinfonía de luchas alimentadas con estrellas que bajan a galope desde la bandera de la revolución.

Aló Presidente ha roto los cánones y los silabarios con que muchos iniciados y sabihondos mediáticos andan por el mundo vendiendo "Ingeniería de Imagen".

Ha saltado las tranqueras y los límites, los estatutos de muchos "estudios de recepción", los "hábitos de las audiencias" y los estereotipos del "raiting".

Aló Presidente es una experiencia de comunicación alimentada con los imaginarios más ansiosos. Insurrección semiótica que con imágenes y palabras transmite a norte y sur, este y oeste su clamor de verdades.

Hugo Chávez pasa horas explicando planes y tácticas sobre el pizarrón eléctrico de la tele y la radio, repletos de miradas. enseña, aprende, denuncia, exige. palabra por palabra. Habla con fuerza desde la política, sobre la política y contra ciertos políticos que temen mancharse los zapatos. Algunos burócratas. pues.

Aló Presidente es una revolución hecha comunicación, no por gracia del talento "genial" de Hugo Chávez, por su encanto o carisma, o no sólo, sino por la fuerza que las masas le confieren para que comande, junto a otros, una revolución incluso con los mass media.

Aló Presidente no sería lo que es sin la lección extraordinaria de abril y sin la potencia de un pueblo decidido a transformarlo todo y transformarse sí, para devolverse las tierras y fábricas robadas a lo largo de siglos, el trabajo y las riquezas saqueadas a lo largo de siglos.

En Aló Presidente el que habla no es el que aparece, el que mira no está inmóvil, el que escucha dialoga con sus convicciones y todos someten a escrutinio y prueba lo que parece lejos pero que está a la vista, cuando la vista no se agota con lo visible .

Habla de los hospitales, los quirófanos y los médicos, del maíz, el azúcar, el café y el petróleo. De los obreros y de los militares, del los reservistas, de las armas y la educación. De la comida y de la vivienda. De la riqueza que es de todos.

En Aló Presidente suenan los cerros y los balazos. La lucha contra la barbarie y la lista enorme de problemas turbulentos. Ahora se sabe quién es quién. Aló Presidente tiene esa fórmula enigmática de cierta comunicación que ha descubierto el centro de su poder y lo ha ocupado .

Ahora esa comunicación no la deciden los burócratas ni los oligarcas, decide el que se organiza y participa, interviniendo, expropiando. Está siendo derrotada la indolencia y la indiferencia, la apatía y el desencanto.

Aló presidente con sus horas y horas de transmisión cava trincheras nuevas alambradas con púas de verdades, tira palabras con ametralladoras de ideas para barrer cuanto amenace la acción directa y diaria. Es entretenido, es divertido, es entrañable y es extrañable. Nomás no se transmite y hay lío.

Imágenes e Imaginarios de una rebeldía mediática

Uno debe recomendar Aló Presidente a los obreros y los estudiantes de todos los países. Sin duda contribuye a esclarecer el problema del movimiento obrero y de la comunicación necesaria en una revolución.

Ganar un medio de comunicación es ganar un arma poderosa para la lucha y no podemos ignorarlo sin peligro de acarrear desgracias irreparables, regalando un frente fundamental a los enemigos. Ya ocurrió un golpe de estado mediático, la lección fue dolorosa.

Es indispensable estudiar a toda costa la potencia discursiva, comunicacional y combativa de Aló Presidente, y mantener proyectos de investigación capaces de debatir los logros de una experiencia semejante que, con pocos elementos, obtiene resultados extraordinarios. Para que no se vuelva púlpito de vanidades ni plataforma del personalismo.

Estudiar qué pone, pues, sobre la mesa el debate entre la cantidad y la calidad de los medios y modos para la producción comunicativa.

Tácticamente la narrativa de Aló Presidente repone voces para un orden social nuevo y un nuevo orden comunicacional al servicio de la creatividad revolucionaria.

Aló Presidente tiene un lugar central en la memoria de los pueblos, de las sociedades y de los individuos. Aló Presidente no es un informe, ni un reportaje, más bien una épica donde no hay ensamblaje casual de palabras sino lucha por el significado desde una ética que viene de la lucha y apunta a un imaginario nuevo en plena construcción permanente.

Chávez se sitúa en el vértice de cierta lógica donde convergen líneas trazadas históricamente, él mismo es un punto referencial sobre el imaginario revolucionario, pero un punto de fuga que da perspectiva al complejísimo proceso de transformaciones ideológicas, políticas, éticas y estéticas iniciadas en Venezuela no por arte de magia sino por un proceso revolucionario en marcha.

Chávez posee una intuición y praxis comunicativa de carácter pendular que va y viene del proyecto al reclamo. De los planes a su critica, del dicho al hecho. Los ministros tiemblan.

No se trata de un Presidente que dialoga por los medios, se trata de un quehacer teórico, político, poético y filosófico. hay problemas de lenguaje, no pocas ideas están en crisis y no son pocas las contradicciones que se viven diariamente entre lo propio de la lucha revolucionaria y su comunicación necesaria, hay conflictos de estilo necesarios sobre una táctica de propaganda permanente, es decir, poética de una lucha hoy todavía asimétrica, desigual y combinada .

Es verdad que la metáfora es un arma de guerra en la batalla semiótica que Chávez libra en cada emisión de Aló Presidente, pero es un arma que sólo acepta munición social de base.

No funciona sin eso, es su piedra filosofal, lo que permite descubrir y transformar la realidad. Aló Presidente funda su discurso en una síntesis finísima que necesita la dialéctica de la lucha porque conmemora y denota, recuerda y significa la vida cotidiana, la praxis revolucionaria. Coinciden la política y la comunicación haciéndose poesía y filosofía para la revolución.

Coinciden la conciencia de la crítica y la crítica de la conciencia. Unas veces mejor y otras no tanto.

El arsenal simbólico de Aló Presidente contiene creación literaria, cancioneros populares, geografías, colores, olores, sabores, historia, psicología, semiótica. como palabra creadora y sabiduría de un discurso poético que se hace sin pedanterías y exhibicionismo. que fluye desde la verdad misma de la lucha que no "hace" Chávez por sí mismo.

Aló Presidente como programa de transición

Chávez es un comunicador entrenado largamente por fuera de los estereotipos académicos o mediáticos y esa es, en parte, su fuerza. No tiene ademanes ni "tics" de locutor, no devanea con giros impostados para dar efecto grandilocuente a cualquier información basura, como tanto disfrutan en CNN.

Chávez no es un "galán de la pantalla", no es el vendedor más grande del mundo, no es un predicador hipnotista de serpientes. No es el éxito del "marketig" mediático estudiado en bunkers de publicistas con tácticas maquiavélicas para posicionar una apariencia rentable que tiene "éxito" por "progre".

Con frecuencia El Aló Presidente supera a Chávez y lo hace transparente para dejar ver a través suyo el poderío rebelde de un pueblo que va decidido a consolidar su revolución a sabiendas de que le falta mucho.

Con su economía de recursos Aló Presidente construye un espacio objetivo que no opera con, y por, los trucos de la farándula, su desafío se ancla permanentemente en la dialéctica del conflicto, de la pugna de intereses y la lucha de significados tomados de cada proyecto, con nombre y apellido, para impulsarse desde ahí hacia la expectativa de acciones concretas renovadas.

Hay que ver qué ocurre cada vez que Chávez, fiscal, toma un buen trago de voz popular, hincha el pecho y presta su voz a una denuncia que ya tiene voz propia en las refriegas sociales contra los atrasos de algunos burócratas, la intolerancia de algunos iluminados o el despiste de algún revolucionario trasnochado que todavía anhela ponerse delante de las masas para acaudillarlas.

Está claro que no hay tarea más importante que la tarea propagandística anti imperialista y por la revolución. Las tácticas comunicacionales en Aló Presidente no son seres caprichosos y autónomos. Están sometidas a leyes de un lenguaje que se rebela y rompe diques de la sintaxis común y del diccionario mercadológico vulgar.

Se trata de una táctica de comunicación en movimiento permanente de voces que constituyen una unidad compleja, como célula expresiva que se multiplica en la revolución. Táctica de comunicación como totalidad indivisible, del mismo modo que la sociedad es el conjunto de individuos en contradicciones, Aló Presidente sería totalmente inútil si fuese discurso aislado incapaz de construir unidades significativas dinámicas.

Tal experiencia es ni más ni menos un amor que construye el significado, sentido, verdad y sabiduría de la praxis vuelta espacio de comunicación y guía. No es sólo voluntad de Chávez. Es un amor que habita, no unilateralmente, la mirada de Chávez, sus sonrisas y furias. Amor inspiración y atracción siempre paradojal dialéctico, significando lo complejo de la realidad que da noticias de cierta humildad epistemológica para la reflexión sobre la revolución que los envuelve. El campo semántico de Aló Presidente se refiere siempre a la palabra ganada sobre la palabra perdida, a su búsqueda, al momento y a la urgencia de decir la verdad dicha y vivida en un proceso apasionado que no es ajeno a cierto tinte patriarcal. Acaso parte de sus contradicciones vigentes. Todo esto es de un mérito y una complejidad que deben ser estudiados minuciosamente.

No debe haber catedrático, publicita, comunicólogo, militante. que no admire o envidie semejante conjunción de virtudes comunicacionales que han saltado las trancas de los recetarios mediáticos tan queridos por algunas consultoras en imagen. Es claro que Aló Presidente, es decir toda la audiencia en voz de Chávez, termina por adscribirse en un fenómeno de comunicación sui géneris y complejísimo, es decir, para una transformación honda en los medios, modos y relaciones de producción de las imágenes y los imaginarios.

Construcción de una experiencia de comunicación inédita y voluptuosa, dialéctica, polisemia, de síntesis. Plena de lenguajes no verbales que designan la realidad y sus luchas revolucionarias por analogía y con metáforas para un mundo muy concreto, tan concreto como el petróleo, las armas, la expropiación de las herramientas de producción y la defensa de la soberanía.

Aló Presidente escapa a la banalidad de los modos burgueses para el uso de los mass media, obsesivos y alienantes, para emprender una lucha contra el régimen absolutista de imágenes, en una guerra de significados necesaria y complicada. Aló Presidente es un puente ineludible en el paso de una comunicación vieja, golpista y alienante a otra comunicación en plena creación, esta vez no dispendiosa, escandalosa ni obscena, esta vez divertida, sabrosona y cariñosa, esta vez, acaso, hecha por todos.

Chávez protagoniza en Aló Presidente un personaje múltiple que es él mismo en la piel de todos. Viejo, adolescente, criollo, mestizo, militar, campesino, obrero. preserva en su rostro cubista los rostros de un pueblo que tiene de todo un poco, incluso la sonrisa fresca, las penurias, los miedos y los dolores. Es la vida misma de un país herido con golpes mediáticos, mentiras, robo y crimen. Pero esta vez la tele y la radio son un arma más de la revolución . Pa´l buen entendedor que no quiere pocas palabras.

Para que surta efecto la táctica comunicacional de Aló presidente es necesario que los signos y sonidos de la revolución multipliquen su sentido en la dirección rigurosa y unívoca de la revolución misma. No es la figura del Presidente Chávez lo que constituirá tal unidad de sentido, es la construcción totalizante de una sociedad como organismo de unidades significativas en plena resignificación revolucionaria. Hacia la conciencia definitiva sobre sus fuerzas revolucionarias, la toma del poder y la revolución permanente. Es decir de comunicación revolucionaria que paraliza sus verdades porque las mantiene vivas y en crecimiento.

Política de Comunicación y comunicación política

Aló Presidente encarna el mismo problema que se presenta a la hora de construir, colectivamente, una política de comunicación compleja, consensuada e inseparable de la revolución que no es totalidad cerrada sino conjunto de estrategias en transformación constante para que el poder no sea de unos cuantos gracias incluso a la emergencia de tácticas de significado nuevas . Aló presidente en cada emisión constituye una frase de un lenguaje creado desde una actitud intelectual nueva. No de Chávez sino de las bases sociales que se han organizado para recuperar lo que les ha sido robado. El trabajo mismo.

Tal experiencia de comunicación, todavía en crecimiento, es un mundo de invitaciones y respuestas, flujo y reflujo, unión y contradicción. Comunicación que es un ser social vivo movido por ritmos semejantes a los que rigen a los seres vivos en general. Esa comunicación, con sus contradicciones y límites, es la sociedad nueva en construcción, y también algo más: es expresión del estado que guarda el trabajo, su valoración, degeneración y o emancipación. Por eso la práctica de la comunicación

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