Nadie imaginaría que un
programa televisivo largo, muy largo , basado casi en una sola toma, sin
movimientos ni efectos espectaculares, con un hombre que habla y habla, que
incluso canta de cuando en cuando, y feo , sería uno de los foros de
comunicación y educación política más importantes en plena "Civilización
de la Imagen ".
Nadie imaginaría que tal
experiencia de comunicación sería un apogeo de celebraciones revolucionarias,
manicomio para funcionarios gubernamentales, voz de pueblo emplumada con
rebeldías, sinfonía de luchas alimentadas con estrellas que bajan a galope
desde la bandera de la revolución.
Aló Presidente ha roto los cánones
y los silabarios con que muchos iniciados y sabihondos mediáticos andan por el
mundo vendiendo "Ingeniería de Imagen".
Ha saltado las tranqueras y los
límites, los estatutos de muchos "estudios de recepción", los
"hábitos de las audiencias" y los estereotipos del
"raiting".
Aló Presidente es una
experiencia de comunicación alimentada con los imaginarios más ansiosos.
Insurrección semiótica que con imágenes y palabras transmite a norte y sur,
este y oeste su clamor de verdades.
Hugo Chávez pasa horas
explicando planes y tácticas sobre el pizarrón eléctrico de la tele y la radio,
repletos de miradas. enseña, aprende, denuncia, exige. palabra por palabra.
Habla con fuerza desde la política, sobre la política y contra ciertos
políticos que temen mancharse los zapatos. Algunos burócratas. pues.
Aló Presidente es una
revolución hecha comunicación, no por gracia del talento "genial" de
Hugo Chávez, por su encanto o carisma, o no sólo, sino por la fuerza que las
masas le confieren para que comande, junto a otros, una revolución incluso con
los mass media.
Aló Presidente no sería lo que
es sin la lección extraordinaria de abril y sin la potencia de un pueblo
decidido a transformarlo todo y transformarse sí, para devolverse las tierras y
fábricas robadas a lo largo de siglos, el trabajo y las riquezas saqueadas a lo
largo de siglos.
En Aló Presidente el que habla
no es el que aparece, el que mira no está inmóvil, el que escucha dialoga con
sus convicciones y todos someten a escrutinio y prueba lo que parece lejos pero
que está a la vista, cuando la vista no se agota con lo visible .
Habla de los hospitales, los
quirófanos y los médicos, del maíz, el azúcar, el café y el petróleo. De los
obreros y de los militares, del los reservistas, de las armas y la educación.
De la comida y de la vivienda. De la riqueza que es de todos.
En Aló Presidente suenan los
cerros y los balazos. La lucha contra la barbarie y la lista enorme de
problemas turbulentos. Ahora se sabe quién es quién. Aló Presidente tiene esa
fórmula enigmática de cierta comunicación que ha descubierto el centro de su
poder y lo ha ocupado .
Ahora esa comunicación no la
deciden los burócratas ni los oligarcas, decide el que se organiza y participa,
interviniendo, expropiando. Está siendo derrotada la indolencia y la
indiferencia, la apatía y el desencanto.
Aló presidente con sus horas y
horas de transmisión cava trincheras nuevas alambradas con púas de verdades,
tira palabras con ametralladoras de ideas para barrer cuanto amenace la acción
directa y diaria. Es entretenido, es divertido, es entrañable y es extrañable.
Nomás no se transmite y hay lío.
Imágenes e Imaginarios de una
rebeldía mediática
Uno debe recomendar Aló
Presidente a los obreros y los estudiantes de todos los países. Sin duda
contribuye a esclarecer el problema del movimiento obrero y de la comunicación
necesaria en una revolución.
Ganar un medio de comunicación
es ganar un arma poderosa para la lucha y no podemos ignorarlo sin peligro de
acarrear desgracias irreparables, regalando un frente fundamental a los
enemigos. Ya ocurrió un golpe de estado mediático, la lección fue dolorosa.
Es indispensable estudiar a
toda costa la potencia discursiva, comunicacional y combativa de Aló
Presidente, y mantener proyectos de investigación capaces de debatir los logros
de una experiencia semejante que, con pocos elementos, obtiene resultados
extraordinarios. Para que no se vuelva púlpito de vanidades ni plataforma del
personalismo.
Estudiar qué pone, pues, sobre
la mesa el debate entre la cantidad y la calidad de los medios y modos para la
producción comunicativa.
Tácticamente la narrativa de
Aló Presidente repone voces para un orden social nuevo y un nuevo orden
comunicacional al servicio de la creatividad revolucionaria.
Aló Presidente tiene un lugar
central en la memoria de los pueblos, de las sociedades y de los individuos.
Aló Presidente no es un informe, ni un reportaje, más bien una épica donde no
hay ensamblaje casual de palabras sino lucha por el significado desde una ética
que viene de la lucha y apunta a un imaginario nuevo en plena construcción
permanente.
Chávez se sitúa en el vértice
de cierta lógica donde convergen líneas trazadas históricamente, él mismo es un
punto referencial sobre el imaginario revolucionario, pero un punto de fuga que
da perspectiva al complejísimo proceso de transformaciones ideológicas,
políticas, éticas y estéticas iniciadas en Venezuela no por arte de magia sino
por un proceso revolucionario en marcha.
Chávez posee una intuición y
praxis comunicativa de carácter pendular que va y viene del proyecto al
reclamo. De los planes a su critica, del dicho al hecho. Los ministros
tiemblan.
No se trata de un Presidente
que dialoga por los medios, se trata de un quehacer teórico, político, poético
y filosófico. hay problemas de lenguaje, no pocas ideas están en crisis y no
son pocas las contradicciones que se viven diariamente entre lo propio de la
lucha revolucionaria y su comunicación necesaria, hay conflictos de estilo
necesarios sobre una táctica de propaganda permanente, es decir, poética de una
lucha hoy todavía asimétrica, desigual y combinada .
Es verdad que la metáfora es un
arma de guerra en la batalla semiótica que Chávez libra en cada emisión de Aló
Presidente, pero es un arma que sólo acepta munición social de base.
No funciona sin eso, es su
piedra filosofal, lo que permite descubrir y transformar la realidad. Aló
Presidente funda su discurso en una síntesis finísima que necesita la
dialéctica de la lucha porque conmemora y denota, recuerda y significa la vida
cotidiana, la praxis revolucionaria. Coinciden la política y la comunicación
haciéndose poesía y filosofía para la revolución.
Coinciden la conciencia de la
crítica y la crítica de la conciencia. Unas veces mejor y otras no tanto.
El arsenal simbólico de Aló
Presidente contiene creación literaria, cancioneros populares, geografías,
colores, olores, sabores, historia, psicología, semiótica. como palabra
creadora y sabiduría de un discurso poético que se hace sin pedanterías y
exhibicionismo. que fluye desde la verdad misma de la lucha que no
"hace" Chávez por sí mismo.
Aló Presidente como programa de
transición
Chávez es un comunicador
entrenado largamente por fuera de los estereotipos académicos o mediáticos y
esa es, en parte, su fuerza. No tiene ademanes ni "tics" de locutor,
no devanea con giros impostados para dar efecto grandilocuente a cualquier
información basura, como tanto disfrutan en CNN.
Chávez no es un "galán de
la pantalla", no es el vendedor más grande del mundo, no es un predicador
hipnotista de serpientes. No es el éxito del "marketig" mediático
estudiado en bunkers de publicistas con tácticas maquiavélicas para posicionar
una apariencia rentable que tiene "éxito" por "progre".
Con frecuencia El Aló
Presidente supera a Chávez y lo hace transparente para dejar ver a través suyo
el poderío rebelde de un pueblo que va decidido a consolidar su revolución a
sabiendas de que le falta mucho.
Con su economía de recursos Aló
Presidente construye un espacio objetivo que no opera con, y por, los trucos de
la farándula, su desafío se ancla permanentemente en la dialéctica del
conflicto, de la pugna de intereses y la lucha de significados tomados de cada
proyecto, con nombre y apellido, para impulsarse desde ahí hacia la expectativa
de acciones concretas renovadas.
Hay que ver qué ocurre cada vez
que Chávez, fiscal, toma un buen trago de voz popular, hincha el pecho y presta
su voz a una denuncia que ya tiene voz propia en las refriegas sociales contra
los atrasos de algunos burócratas, la intolerancia de algunos iluminados o el
despiste de algún revolucionario trasnochado que todavía anhela ponerse delante
de las masas para acaudillarlas.
Está claro que no hay tarea más
importante que la tarea propagandística anti imperialista y por la revolución.
Las tácticas comunicacionales en Aló Presidente no son seres caprichosos y
autónomos. Están sometidas a leyes de un lenguaje que se rebela y rompe diques
de la sintaxis común y del diccionario mercadológico vulgar.
Se trata de una táctica de
comunicación en movimiento permanente de voces que constituyen una unidad
compleja, como célula expresiva que se multiplica en la revolución. Táctica de
comunicación como totalidad indivisible, del mismo modo que la sociedad es el
conjunto de individuos en contradicciones, Aló Presidente sería totalmente
inútil si fuese discurso aislado incapaz de construir unidades significativas
dinámicas.
Tal experiencia es ni más ni
menos un amor que construye el significado, sentido, verdad y sabiduría de la
praxis vuelta espacio de comunicación y guía. No es sólo voluntad de Chávez. Es
un amor que habita, no unilateralmente, la mirada de Chávez, sus sonrisas y
furias. Amor inspiración y atracción siempre paradojal dialéctico, significando
lo complejo de la realidad que da noticias de cierta humildad epistemológica
para la reflexión sobre la revolución que los envuelve. El campo semántico de
Aló Presidente se refiere siempre a la palabra ganada sobre la palabra perdida,
a su búsqueda, al momento y a la urgencia de decir la verdad dicha y vivida en
un proceso apasionado que no es ajeno a cierto tinte patriarcal. Acaso parte de
sus contradicciones vigentes. Todo esto es de un mérito y una complejidad que
deben ser estudiados minuciosamente.
No debe haber catedrático,
publicita, comunicólogo, militante. que no admire o envidie semejante
conjunción de virtudes comunicacionales que han saltado las trancas de los
recetarios mediáticos tan queridos por algunas consultoras en imagen. Es claro
que Aló Presidente, es decir toda la audiencia en voz de Chávez, termina por
adscribirse en un fenómeno de comunicación sui géneris y complejísimo, es
decir, para una transformación honda en los medios, modos y relaciones de
producción de las imágenes y los imaginarios.
Construcción de una experiencia
de comunicación inédita y voluptuosa, dialéctica, polisemia, de síntesis. Plena
de lenguajes no verbales que designan la realidad y sus luchas revolucionarias
por analogía y con metáforas para un mundo muy concreto, tan concreto como el
petróleo, las armas, la expropiación de las herramientas de producción y la
defensa de la soberanía.
Aló Presidente escapa a la banalidad
de los modos burgueses para el uso de los mass media, obsesivos y alienantes,
para emprender una lucha contra el régimen absolutista de imágenes, en una
guerra de significados necesaria y complicada. Aló Presidente es un puente
ineludible en el paso de una comunicación vieja, golpista y alienante a otra
comunicación en plena creación, esta vez no dispendiosa, escandalosa ni
obscena, esta vez divertida, sabrosona y cariñosa, esta vez, acaso, hecha por
todos.
Chávez protagoniza en Aló
Presidente un personaje múltiple que es él mismo en la piel de todos. Viejo,
adolescente, criollo, mestizo, militar, campesino, obrero. preserva en su
rostro cubista los rostros de un pueblo que tiene de todo un poco, incluso la
sonrisa fresca, las penurias, los miedos y los dolores. Es la vida misma de un
país herido con golpes mediáticos, mentiras, robo y crimen. Pero esta vez la
tele y la radio son un arma más de la revolución . Pa´l buen entendedor que no
quiere pocas palabras.
Para que surta efecto la
táctica comunicacional de Aló presidente es necesario que los signos y sonidos
de la revolución multipliquen su sentido en la dirección rigurosa y unívoca de
la revolución misma. No es la figura del Presidente Chávez lo que constituirá
tal unidad de sentido, es la construcción totalizante de una sociedad como
organismo de unidades significativas en plena resignificación revolucionaria.
Hacia la conciencia definitiva sobre sus fuerzas revolucionarias, la toma del
poder y la revolución permanente. Es decir de comunicación revolucionaria que
paraliza sus verdades porque las mantiene vivas y en crecimiento.
Política de Comunicación y
comunicación política
Aló Presidente encarna el mismo
problema que se presenta a la hora de construir, colectivamente, una política
de comunicación compleja, consensuada e inseparable de la revolución que no es
totalidad cerrada sino conjunto de estrategias en transformación constante para
que el poder no sea de unos cuantos gracias incluso a la emergencia de tácticas
de significado nuevas . Aló presidente en cada emisión constituye una frase de
un lenguaje creado desde una actitud intelectual nueva. No de Chávez sino de
las bases sociales que se han organizado para recuperar lo que les ha sido
robado. El trabajo mismo.
Tal experiencia de
comunicación, todavía en crecimiento, es un mundo de invitaciones y respuestas,
flujo y reflujo, unión y contradicción. Comunicación que es un ser social vivo
movido por ritmos semejantes a los que rigen a los seres vivos en general. Esa
comunicación, con sus contradicciones y límites, es la sociedad nueva en
construcción, y también algo más: es expresión del estado que guarda el
trabajo, su valoración, degeneración y o emancipación. Por eso la práctica de
la comunicación
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