18 ene. 2012

Dime que novela ves… Por Rosa Tristán


Este viernes Cielo Rojo (telenovela mexicana transmitida de lunes a viernes a la 1 pm en el canal venezolano Televen) llega a su gran final y no te lo puedes perder, pero… ¿qué final crees que merece la malvada Loreto?...Sus actos nos dejaron boquiabiertos en cada capítulo y seguramente se hará justicia…Aquí te dejamos algunas opciones para que nos digas cuál te gusta más o incluso nos escribas tú final para este gran personaje.

1.-Loreto muere: Tal vez podría matarla Paty, alguno de sus hijos, Víctor o Jesús.

2.-Termina en la cárcel: se logra comprobar todo lo que hizo y Loreto termina sus días en la cárcel torturada por las otras reclusas.

3.-Huye del país: Loreto logra escapar con todo el dinero que robó y se va del país a disfrutar su fortuna y empezar una nueva.

 4.-Se vuelve loca: al saberse descubierta de todas sus fechorías, la orillan a perder la razón y termina loca, encerrada en un psiquiátrico.

 5.-Se arrepiente y pide perdón: Al verse sola, se arrepiente de todo lo malo que hizo, pide perdón a todos los que dañó.

 ¿Cuál crees tú que merezca? No te pierdas este viernes el gran final de Cielo Rojo y descúbrelo. Sigue a Cielo Rojo en Facebook y Twitter

Esta información se encuentra en la página web del canal mexicano Azteca TV, en la sección de telenovelas. Pero ¿qué importancia puede tener para la revolución que una novela mexicana retransmitida por un canal venezolano llegue a su final? A primera vista ninguna, un hecho sin trascendencia.

Consumo Cultural en Venezuela (Tele y Radio)

Las Novelas


Según un estudio del centro de Gumilla*, 8 de cada 10 venezolanos se encuentran expuestos permanentemente a la televisión. 

Al 43% de ellos, les gustan las telenovelas. Es decir que casi 10 millones de venezolanos ven telenovelas casi todos los días. Muchos, muchos millones más, que los militantes de cualquier organización de masas o partido político del país. 

Entonces, las telenovelas tienen una influencia psicológica significativa en la población, en su manera de ver el mundo, de analizarlo y de insertarse en el. Podría decirse que las telenovelas poseen una inmensa “militancia” que además es fiel a través del tiempo.

Solo entre los canales nacionales Televen y Venevision se transmiten 8 novelas distintas, Cielo Rojo, Flor Salvaje, La casa de al lado, Mi Gorda Bella, El árbol de Gabriel, La que no podía amar, Natalia del mar y Sacrificio de Mujer. Sin contar las novelas que pueden verse por cable y a las que 5 de cada 10 venezolanos tiene acceso. 

Las telenovelas no solo las ven las clases populares, a la clase media culta también le gusta, incluso tienen la posibilidad de verlas más. Veamos el porcentaje de consumo diario de telenovelas por estrato socioeconómico en el país.

Clase Alta                 Clase Media                      Clase Baja          Promedio Nacional
    A                B                 C                    D                   E   
  23               39              47                  46                  42                            43%

Viendo esta tabla podemos decir que la clase media y baja, donde por cierto se encuentra la mayor cantidad de personas afectas al proceso revolucionario, ven telenovelas cuyos desenlaces dramáticos son tan morbosos como vimos al inicio de este artículo. Es el instrumento de dominación en su expresión más vulgar y al que la revolución aún no está haciendo contrapeso.

Noticieros y Programas de Opinión (tele)      

Los canales de la revolución han hecho un esfuerzo importante por fortalecer los noticieros y los programas de opinión. Veamos la distribución por estrato socioeconómico de este tipo de programas y el promedio nacional:

                                     Clase Alta               Clase Media            Clase Baja      Promedio Nacional    
                                                 A          B              C               D           E       
Noticieros                             73         60            55             54         37                        55%   
Programas de opinión        44         31            25              25        16                         26%   
                           

Efectivamente los noticieros son muy vistos (incluso más que las telenovelas) y la clase alta es quien más los consume. Por su parte los programas de opinión, son consumidos por un 26% de la población y a la clase media baja no les gusta mucho que digamos. 

RADIO

Después de la tele, la radio es el mayor medio de penetración. Alcanza cifras de consumo diario de la población de 32% de lunes a viernes, pero puede llegar a un 1% de exposición los fines de semana. 

La mitad de los que escuchan radio prefieren los noticieros y los programas de opinión. Esto muy posiblemente tenga que ver con las horas pico donde millones de personas se desplazan para llegar a sus trabajos y quieren estar medianamente informados. En un tercer lugar de preferencia aparecen los programas deportivos.

DEL DIAGNÓSTICO A LA PROPUESTA

Las cifras del Centro Gumilla podrían ser verificados por instituciones del Estado Revolucionario, como el Minci o el INE. No es poca cosa, tener bien calibrada la munición comunicacional, o como diría Humberto Pepe Febres de Misión Conciencia, a los medios de difusión. 

Podríamos afinar y ampliar el rango de las encuestas, pero lo que más nos interesa a grandes rasgos es la tendencia de es ese consumo cultural por clases sociales que nos permita afinar la estrategia. 

Hemos hecho hasta aquí un breve diagnóstico: 

1.- Casi la mitad de los televidentes venezolanos ve novelas sin importar su clase social. Por lo tanto, es una excelente herramienta de penetración psicológica.

2.- Casi la mitad de los televidentes ve noticieros, con un mayor porcentaje de clase alta y media. 

3.- Las clases bajas no frecuentan los programas de opinión.

4.- Los que oyen radio prefieren los noticieros, los programas de opinión y de deportes. 

En base a este breve diagnóstico ¿cómo podríamos mejorar nuestro alcance a nivel comunicacional? 

Lo primero es que para las grandes productoras de telenovelas, como Televisa o Venevision Internacional es sumamente barato producir una novela, permitiéndoles inundar el mercado televisivo hispano. Un “enlatado” de estos canales, vale el 1% de lo que le costaría producir a un canal “nuevo” en el área de telenovelas. 

Pero supongamos que la revolución se decida a gastar mucho dinero en la empresa espiritual de ganarse ese público cautivo. 

Podríamos intentar copiar el formato de la telenovela donde cada capítulo diario obligue al espectador a ver el próximo, o una modalidad mucho menos costosa y que cada vez se utiliza con mayor frecuencia, la del reality show. 

Resuelto el asunto financiero, la pregunta esencial, medular es ¿de qué hablarían las novelas de la revolución?¿cuáles serían las tragedias a resolver? ¿los personajes y sus caracteres?

No tendríamos que reducirnos a hablar directamente de nuestros próceres. Podríamos tener protagonistas que quieren cambiar el statu quo, que tienen contradicciones que al fin y al cabo, son las mismas contradicciones de la revolución. También podrían haber personajes antagónicos cuyo móvil psicológico sea mantener ese mismo statu quo. Por ejemplo una novela o reality show que muestre la contradicción que viven los médicos comunitarios al plantearse si la medicina es un negocio o un apostolado. Veríamos por ejemplo a estos jóvenes médicos, debatiéndose en una sociedad que intenta tragárselos, pero donde la nueva ética podría triunfar, pero también perder.

Los nudos dramáticos, o los momentos en los que tienen lugar el paso de la felicidad a la desdicha o de la desdicha a la felicidad nos daría la oportunidad de sembrar nueva ética. El tema del lucro, del poder, del amor y del sexo podrían ser abordados de manera distinta acordes a la sociedad que aspiramos recrear. Las empleadas domésticas en nuestras novelas podrían dejar de ser tontas, o escaladoras y podrían saltar al también arduo trabajo del estudio. Fundaríamos una semiótica distinta.

Sería una excelente oportunidad para hacer escuelas de guionistas, escritores, productores de televisión. Estos guiones de telenovelas podrían llevarse a la radio, y muy posiblemente la radio subiría los índices de rating. 

En cuanto a los noticieros, los nuevos noticieros, los noticieros que necesita la revolución, podrían innovarse secuencias noticiosas que permitan a los televidentes y radio escuchas ir relacionando la realidad del mundo. 
Por ejemplo, el noticiero podría comenzar con la queja de los usuarios del metro, dar un pase a los índices de colapso de las ciudades del mundo, luego un micro donde hable un cardiólogo hablando de la hipertensión en los citadinos, y finalmente otra noticia hablando de la reubicación en nuevos asentamientos humanos donde la revolución está estableciendo nuevas relaciones económicas y sociales. 

Finalmente, los programas de opinión tal como los conocemos hoy día (un entrevistador y un entrevistado) deben ser producidos con un alto target cultural, pues es en las clases altas y cultas, donde calan este tipo de programas y no en las clases bajas. 

Las opiniones en sectores sociales hasta ahora excluidos podrían ser inducidas a través de programas de participación. Por ejemplo, si se aborda el tema de la inflación o los precios, se invitan a los diferentes grupos involucrados y se les contrasta, algo similar a lo que hace Cristina o Laura pero de temas de opinión.
Dejamos estas propuestas para la discusión, para intentar romper la lógica de pensamiento que nos han impuesto las grandes transnacionales de los medios. Comencemos aceptando que la audiencia está enganchada, cautiva. 

Fuente: Bisbal M, Nicodemo P (2010). Consumo cultural del Venezolano. Revista SIC, Nro 725, Centro Gumilla, Caracas Venezuela.

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