10 ene. 2012

MELLA. Por Paquita de Armas



La vida de este singular hombre que hizo tantas cosas como si viviera muchas vidas,  no cabe en grupo de cuartillas. Hijo de Nicanor Mella y Cecilia Mac Partland, es inscrito por el padre a los 10 años como Nicanor Mac Partland. Evidentemente fue fruto de un amor extramatrimonial. Ya para esa fecha ha viajado con su madre y hermano a Estados Unidos.

Con 16 años solicita su ingreso en el Instituto de Segunda Enseñanza; a los 18 viaja a México donde supuestamente estudiaría una carrera militar y a esa misma edad ingresa en la Universidad de La Habana en la Facultad de Derecho y Filosofía. Un año más tarde es el administrador y colaborador de la revista Alma Mater.

En 1923 dirige el movimiento reformista en la Universidad y funda la revista Juventud. Ese año hace realidad un sueño: crea la Universidad Popular José Martí y en agosto de 1925 funda, junto a Carlos Baliño, el Partido Comunista, mientras del 5 al 23 de diciembre protagoniza una huelga de hambre con  la que sale de la prisión. Unos meses después se va a México. En Cuba no podía seguir porque el dictador Gerardo Machado lo mataría en cualquier momento.

Junto a una acción tras otra, muchas de ellas fundacionales, el joven dirigente deja en Cuba decenas de textos. En   Nuestro credo del primer número de la revista Alma Mater, dice: “Por medio de este órgano los estudiantes cubanos se comunicarán espiritualmente con todos los compañeros que hablan el idioma de Cervantes en ambos hemisferios, y divulgaremos así la cultura, el valer de la juventud intelectual cubana”. En esa misma edición publica la sección En el feudo de Bustamante, firmada por Lord Mac Partland, el primero de los múltiples seudónimos que utilizó.

“La verdadera función de la universidad en la sociedad, no debe ni puede ser el más alto centro de cultura una simple fábrica de títulos, no es una Universidad latina una escuela de comercio a donde se va a buscar tan solo el medio de ganarse la vida, la Universidad Moderna debe influir de manera directa en la vida social, debe señalar las rutas del progreso”, escribe en  esa propia revista en su número cuatro.

“Intelectual es el trabajador del pensamiento. ¡El trabajador! O sea,  el único hombre que a juicio de Rodó merece la vida, es aquel que empuña la pluma para combatir las iniquidades, como otros empuñan el arado para fecundar la tierra”, afirma en el número uno de la revista Juventud, mientras que en el primer aniversario de la Universidad Popular José Martí, escribió “Propagamos la cultura, sí, pero no la cultura hipócrita y oficial. Nuestra cultura y nuestros esfuerzos tienen como fin revolucionar las conciencias de los hombres de Cuba para  formar una nueva sociedad.”

En esa propia revista, en su número once, presenta al poeta argentino José Leopoldo Franco e incluye ocho poemas del escritor que aplaude con devoción.

Por su intensa actividad fundacional, a Mella generalmente se asocia con la acción. Es un craso error. Si bien dedicó su pluma especialmente a asuntos sociales y políticos, hombre de una amplia cultura, realizó  análisis brillantes sobre el pensamiento de  figuras que lo signaban.

“Proletarios de todos los países, uníos”,  Marx

“Juntarse es la palabra del mundo”, Martí

"He aquí dos sentencias pronunciadas en diferentes latitudes y por hombres muy distintos; pero encerrando ambas una profunda verdad” es un excelente texto, publicado en el periódico Aurora, donde compara a los dos grandes pensadores que tanto influyeron en él.

 
Cuando llegó a México, en 1926,  casi inmediatamente fue miembro del comité ejecutivo de la Liga Antimperialista de las Américas. No es para menos, su visión sobre el enemigo del Norte y el peligro que representaba para los países latinoamericanos, la había expresado en varias oportunidades. “El ideal  de Bolívar debe ser nuestra aspiración, el de Monroe  es nuestra muerte”, sentenció en uno de los textos publicados en Alma Mater.

Estaba casado con Olivia Zaldívar. Algunos dicen que ella  no comprendía las ideas de su marido. Lo siguió a México, salió embarazada y perdió al bebé. Vio cómo Mella metió el cuerpecito en una caja para enterrarlo, secretamente, en el cementerio, porque no tenía con qué pagar el entierro. Cuando volvió a quedar embarazada, regresó a Cuba. El padre nunca vio a su hija Natacha.

A su vez, Tina Modotti era la compañera de Xavier Guerrero, quien en ese  tiempo  estaba cumpliendo una misión en la URSS. Cuentan quienes presenciaron el encuentro entre ella y Mella que fue un flechazo. No quería decirle a Xavier  por medio de una carta que amaba a otro hombre, deseaba hacerlo personalmente, pero el cubano, siete años menor que ella, la apremiaba. Al fin, a través de un amigo común se lo dijo a Xavier y comenzó una  relación doblemente intensa con Mella. Compartían, además de la pasión, todos los trabajos como miembros del Partido Comunista Mexicano y de otras actividades revolucionarias.

El 11 de septiembre de  1927, desde Veracruz, Mella le escribe: “Mia cara Tinísima: Puede ser que para ti fuera una imprudencia el telegrama, pues estás acostumbrada a llenarte de asombro por todo lo que hay entre nosotros. Como si fuera el crimen más grande el que  cometamos al amarnos. Sin embargo, nada más justo, natural y necesario para nuestras vidas”.

Desde 1922, fundado por los miembros del sindicato de artistas, circulaba en México la revista El Machete, con dimensiones poco usuales, servía para cartel. Nació para difundir un arte accesible al público y contaba con  dibujos de Diego Rivera y otros grandes muralistas mexicanos. En ese medio de difusión, Mella dio a conocer numerosos trabajos con los seudónimos de Kim y de Cuauhtémoc Zapata.

En el número uno de la revista Tren blindado, publicó una valoración de  Octubre, un filme soviético: “El cine es el arte favorito de la multitud. Ningún otro expresa mejor su sed inacabable de imágenes y movilidad. El cine yanqui, con excepción de films (sic) como los de Chaplin, había venido siendo utilizado  para la propaganda militarista y para la formación del cerebro de las nuevas generaciones en el culto sagrado a los dioses del Olimpo financiero de Wall Street. Octubre es el film de la Revolución. Ahí la técnica y el argumento han llegado a su mayor grado de sincera expresión moderna, en el país del proletariado”.

En los archivos del Partido Comunista Cubano se encuentran textos inéditos de Mella. Por ejemplo:

Glosas al pensamiento martiano, un libro que debe escribirse.

“Hace mucho tiempo que llevo en el pensamiento un libro sobre José Martí, libro que anhelaría poner en letras de imprenta. Puedo decir que ya está ese libro en mi memoria. Tanto lo he pensado, tanto lo he amado, que me parece un viejo libro leído en la adolescencia. Dos cosas han impedido realizar el ensueño. Primero: la falta de tiempo para las cosas del pensamiento. Se vive una época que hace considerar todo el tiempo corto para HACER”.

También el cuento “El asno con garras”, escrito en 1926, que no se sabe si  lo publicó  en algún lugar o no.

Se ha descubierto que fueron fraguados varios planes de asesinato contra Mella. Le seguía dando muchos dolores de cabeza a Machado. El 10 de enero de 1929, “cuando caminaba por la Avenida de Morelos, al torcer por Abraham González, sintió dos disparos” según su propia declaración en la Cruz Roja, donde murió a las 2 horas y 15 minutos del día 11.

Tina contó que al sentirse herido, Mella cruzó la calle para evitar que una bala la dañara a ella. Ya en la acera, al desvanecerse en un desmayo en sus brazos, le dijo: Muero por la Revolución. A partir de ese instante ya no encontraría al llegar a su casa un papelito con la frase “te amo” o una flor. La comunista italiana había perdido su gran amor, Cuba a uno de  sus hijos más grandes.

No hay comentarios.: