Que
ellos destapen sus podredumbres no nos hace (automáticamente) más fuertes. Toda
la descomposición del capitalismo se concentra, y se agudiza, en sus magnates
mediáticos, lo sabemos hace mucho. Ellos son enciclopedias del estercolero
ideológico que, en su desesperación, es capaz de pergeñar los atropellos y los
crímenes más nauseabundos. Los hemos padecido hasta la náusea. Si una Guerra
intrer-burguesa logra exhibir sus inmundicias, en la ruta de aniquilar la
competencia para afianzar monopolios nuevos, nosotros tenemos el deber de identificar
nuestra agenda revolucionaria y no perder el tiempo mirando la pirotecnia
farandulera de los leguleyos burgueses. Ellos pactarán, a cualquier precio, su
impunidad. No hay novedades.
A
nosotros nos toca el trabajo profundo de combatir la ideología de la clase
dominante, desde sus raíces, y nos corresponde el trabajo de construir, y
desarrollar, las herramientas comunicacionales que la emancipación
revolucionaria, en su dialéctica, necesite para superar al capitalismo en sus
formas y en sus contenidos. Saber que ellos compendian todas las conductas
delincuenciales no implica que podamos, concretamente, derrotarlas. Es una de
nuestras, muchas, debilidades.
Sin
duda desmenuzar y pormenorizar los repertorios delictivos, incubados por los
monopolios mediáticos burgueses, es tarea indispensable en la que la sola
denuncia es insuficiente. Se requiere método científico y programa político que
sean capaces de, al mismo tiempo que desmontan operaciones mediáticas,
contribuyan a organizar el trabajo emancipador. Es insuficiente sólo desnudar a
los autores intelectuales y materiales de las ofensivas mediática, es
insuficiente sólo mostrar su corrupción, su perversión y sus canalladas. No
alcanza. Todo lo inteligente que pueda ser un análisis, incluso los más avanzados,
puede neutralizarse si no se inscribe en un programa político revolucionario
con el que sepamos describir la superación concreta, y definitiva, del modo de
producción comunicacional burgués. Tampoco es novedad.
Nosotros
tenemos desafíos históricos enormes que incluyen, según los escenarios y el
desarrollo de la lucha de clases, la necesidad de construir herramientas para
la comunicación emancipadora con herramientas emancipadas de toda esa red
fetichista y mercantil que las rodea. Nosotros tenemos por delante el desafío
de saldar las tareas de la Unidad política de los trabajadores de la
comunicación revolucionaria, en todo el mundo. El sectarismo nos mata. Nosotros
tenemos el desafío de construí nuestras agendas y no permitir que el enemigo de
clase nos las imponga, así las disfrace de como las disfrace. Nosotros tenemos
el desafío de educarnos, en el campo de batalla de las ideas y de la
creatividad, para poner, en las cabezas y en los corazones, los temas y las
acciones que nos ayuden a impulsar la revolución socialista y mundial. Sin
confusiones ni demoras.
Nosotros
tenemos el desafío de ganar todos los espacios físicos, intelectuales y
emocionales para dar lugar a todo lo que nos emancipe. Eso no se resuelve con
los escándalos de espionaje que financian las oligarquías, como Murdoch. Y sus
miles de millones de dólares. Nosotros tenemos que crear nuestras Escuelas de
Cuadros en Comunicación, nosotros necesitamos desarrollar teoría política para
la praxis comunicacional emancipadora. Nosotros necesitamos que los temas de
los pueblos, sus malestares, sus luchas y sus triunfos sean agenda de nuestras
agendas. Nosotros necesitamos construir la mirada de los revolucionarios como
la única mirada que le ofrece a la humanidad salidas del estercolero criminal
en que el capitalismo ha convertid al mundo. Nosotros tenemos el desafío de ser
mejores. Eso es lo nuevo y ya lo sabemos.
No
desperdiciaremos cualquier oportunidad, incluso las que ellos den, para mostrar
su decadencia y desprestigio. Pero no nos dormiremos contemplándolos ni nos
desvelaremos degustando su morbo. Tenemos mucho por hacer y mucho por ganar en
la dinámica de elevar el nivel de la conciencia y depurar las acciones que, con
economía de esfuerzos y riqueza de resultados, nos dejen avanzar. Murdoch puede
quedar en bancarrota publicitaria, política y hasta económica, según decida su
guerra interburguesa. Nosotros queremos la democratización de las herramientas
de comunicación sin amos, sin patrones, sin mafiosos. Eso sí importa.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=132609&titular=el-affaire-rupert-murdoch-y-sus-%E2%80%9Ccortinas-de-humo%E2%80%9D-
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=132609&titular=el-affaire-rupert-murdoch-y-sus-%E2%80%9Ccortinas-de-humo%E2%80%9D-
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