20 jul. 2011

Poesía Necesaria de Argimiro Gabaldón. Cortesía de Edgar Gutiérrez

Nota Previa: Se los juro, trate de escribir algo sobre su cumpleaños. No logré hacerlo. Hay muchas razones y habrá que hablarlas en otro momento. Pero se me vino encima este poema, que copio a continuación, el cual desde que lo leí por primera vez, hace ya unos cuantos años, sencillamente me sacudió y hoy muchos años después me sacude igual, por eso necesito compartirlo ahora con ustedes. Patria o Muerte.

A la hora de partir.
(Recuerdos de mi padre, cuando fue a la guerra, ahora que yo me voy)
Yo partí hace muchos años,
pero es tan difícil irse,
que cada vez que amanece,
parece de nuevo que nos vamos,
y en el camino,
en todos sus instantes,
hay junto a nosotros algo terco,
unido a la piel y a la sangre,
que no nos desampara,
eso es lo que se queda.
Todo lo que se queda va con nosotros.
Nosotros somos lo liviano,
lo que salta,
lo que corre
el camino
y el recuerdo, la tupida tela que lo guarda.
Puedo verlo todo,
tú,
yo,
el hermano,
la madre, su regazo tierno,
el patio extendido
y los árboles en fila,
el macizo de la guafas,
el rumor del río
y los cerros elevándose hasta el cielo.
Puedo oír tu voz,
su risa,
nuestro pleito…
yo tenía razón
él tenía razón,
y tú hacías que nos diéramos la mano
y seguíamos jugando.
Yo no conocía el mar,
pero miraba los ojos de mi madre.
Yo no conocía el fuego,
no sabía cómo quema,
no conocía el placer de quemarse,
pero tú cada tarde te marchabas,
nadie decía dónde,
Pero ya sabía que te ibas a la montaña,
Nadie decía por qué,
pero yo presentía muchas cosas.
¡Y era un comienzo de llama!
Tú tenías un fuego
y un niño rondaba la hoguera.
¡Hijo de braza quema!
Yo iba contigo a la montaña
y regresaba cada mañana de mi sueño.
Más tarde, cuando nos despedimos en el río,
me quede contigo para ir a la guerra,
y en la ciudad lejana,
en los bullicios de los recreos,
me alcé contigo y luego fui a la cárcel.
¡Duros años aquello!
¡No hay que olvidar que en muchos sueños
los hijos viven cada hora de sus padres!
Cuando llegó la hora de partir,
busque tu huella,
estaba en mi muy clara:
un camino recto,
una cuesta larga y dura.
No importa lo que pienses
¡Te he sentido jadear a mi lado!
No importa lo que digas,
¡He sentido en mi pecho tu aliento!
Al irme no dije nada….

Argimiro

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lastima que la poesía no está completa....

Tatuy Televisión Comunitaria dijo...

Saludos amigo, ya está corregido. Por TatuyTvc

Anónimo dijo...

Gtacias a Tatuy y a Edgar por poner la poesia. Y gracias a la revolución pot Argimiro