En la historia del Capitalismo
la especie humana ha cumplido un papel secundario; es decir, la preocupación
de quienes pregonan esta forma de vida como la mejor alternativa para
subsistir en el planeta, es la de acumular más capital y tener la posibilidad
de consumir todo lo que se les antoje sin importar a quien atropellan en el
camino. Su único fin es alcanzar la meta prometida, saciar sus necesidades
impuestas por el sistema.
Venezuela es un país que en los
últimos años ha experimentando cambios positivos que favorecen a toda la
sociedad, pero en especial a los históricamente excluidos. Con la llegada de
Chávez a la presidencia la esperanza de muchos venezolanos y latinoamericanos
de tener una mejor forma de vida aumentó considerablemente. Vale resaltar lo
que Chávez ha logrado: crear las Misiones Sociales, mecanismo que beneficia a toda
la población sin distinción de clase, elevar el autoestima del venezolano,
recuperar la industria petrolera así como otras empresas que garantizan la
seguridad y la soberanía al país, crear medios de comunicación, como Telesur
que permite hacer frente a la desinformación de los medios privados, apoyo
total al deporte, entre otros logros que permiten que los venezolanos tengan
una mejor condición de vida.
En la actualidad el compromiso
de todos y todas es más grande. El pueblo necesita de un partido que dirija, de
un partido que cumpla el rol de vanguardia. La vanguardia debe ser ejemplo para
la sociedad que se quiere transformar, pues de su ejemplo dependerá la calidad
de la revolución. La masa percibe todo, por más pequeño o grande que sea,
percibe lo bueno y lo malo de su
vanguardia, por ende su compromiso es de vital importancia para la lucha
revolucionaria. La vanguardia debe estar dirigida por seres honestos, capaces
de integrarse con la masa, pero que además siembre en el pueblo el amor a la
humanidad y la conciencia del deber social, la vanguardia debe, como lo decía el Che, generar la “conciencia
revolucionaria y el entusiasmo combativo”, para profundizar en la construcción
del Socialismo, en el caso venezolano el Socialismo Bolivariano, definido así
por nuestro comandante. Necesitamos un modelo económico sostenible y
sustentable, que se define en propiedad social sobre los medios de producción,
que sirva de ejemplo y así demostrar que si es posible un mundo mejor, un mundo
donde no exista la mezquindad, el odio, ni la guerra, todo esto será posible a
nivel mundial a medida en que la
humanidad despierte de la ceguera en la que el Capitalismo nos ha sumergido;
Venezuela está despertando, con fallas y desorientaciones pero con muchas ganas
de seguir luchando y con un gran amor por la humanidad, cualidad que
caracteriza a un verdadero revolucionario.
Tenemos un arma, el arma de las
ideas. El comandante nos facilita el camino, al país le da un Plan Nacional que
sirve de guía y fundamento para la planificación de las políticas que nos rigen
y al partido le da el libro rojo como instrumento fundamental de guía para la
vanguardia del partido y su compromiso con el pueblo.
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