Nuestras oligarquías
están acostumbradas a desvalorizar el rol de la emoción en la actividad
política. Les gusta descalificar a los líderes con apoyo popular. Fidel
habla demasiado. Hugo Chávez apela a la jocosidad, al baile, etc. Correa es más
moderado pero también es muy emocional. Lula juega con su pasado popular y se
vuelve burlesco. Evo Morales usa trajes indígenas que desentonan en las
recepciones formales. Mujica, además de usar zapatos empolvados, se hace pasar
por hacendado pobre. Cristina Kirchner trata de imitar los vestidos “exagerados”
de Evita Perón.
Cuanto más liderazgo
muestren se les descubrirá este aire popular y romántico que, según
ellos, pertenece al mundo de la demagogia y no al de los “jefes de Estado”. Los
jefes de Estado usan trajes sobrios, hablan moderadamente y no cumplen sus
compromisos electorales, pues no son demagogos que hacen lo que el pueblo
exige. A las oligarquías les duele así el mundo democrático, las victorias
electorales de los “demagogos” y sus diálogos con las fuerzas populares
organizadas, aún después de electos. No lo confiesan, pero les duele incluso el
juego democrático norteamericano, pero frente a esto se quedan tranquilos,
porque sus líderes no pretenden cumplir sus promesas electorales.
Por esto me siento
obligado a establecer un marco romántico y emocional para describir mi último
viaje a Venezuela. No puedo dejar de consignar el sentimiento de victoria
popular y el placer de contar con su líder otra vez. ¿Por qué no apelar
entonces a la música de Roberto Carlos?: ¿“Son tantas las emociones”?
Me emociono al
ver, desde mi cuarto del Hotel Alba, el antiguo Hilton, en una de las zonas más
residénciales de Caracas, la construcción casi terminada de un edificio
de varios pisos, con departamentos de 70 a 90 metros cuadrados destinados a las
víctimas de las últimas lluvias que destruyeron barrios populares de Caracas.
Me informan de que el gobierno venezolano alojó a los damnificados en
algunos de los mejores hoteles de Caracas, en los ministerios y hasta en el
Palacio de Miraflores. ¿Y qué veo frente al edificio, ocultado en parte por la
piscina del hotel? Una gran y bien plantada huerta, que refleja otro programa
del gobierno. Me dan a conocer también que en los principales barrios de
Caracas se construyen programas masivos de viviendas populares que
alojarán en los próximos años a toda la población de Venezuela. Y lo
creo, porque quien se encarga de este programa es mi amigo Farruco Sesto
que lanzó y viabilizó un programa cultural de vanguardia cuando era ministro de
la cultura.
Me acuerdo entonces de
los barrios populares que visité, en los cuales la organización
comunitaria actúa con fervor definiendo nuevas líneas de acción, escuchando las
conferencias de los congresos anuales de filosofía que se realizan desde hace
varios años en estas comunidades, visitando sus bibliotecas donde también
están mis libros, cuidando de las clínicas médicas en las que los médicos
cubanos no solo atienden a la gente con cariño y esmero sino que
forman a personal médico y paramédico “especializado”
en clínica general, capaz de cumplir las funciones asignadas a las más de 5.000
clínicas que se crearon en el país en los últimos 10 años. Confieso que me
emociono con el entusiasmo de estos comuneros urbanos que me explican
cada una de sus actividades, cada una de las victorias de la revolución.
Ellos me hacen recordar
a mis acompañantes al museo de la alfabetización en Cuba, que iban a los
archivos del mismo a buscar sus fichas de alfabetizadores de cuando eran aún
niños o adolescentes. Recuerdo que Fidel Castro dispuso, en los
albores de la revolución, que cada cubano debía alfabetizar a dos cubanos para
que todos participen de la alfabetización de sus conciudadanos. Y hoy
estos millares de alfabetizadores liquidan esta plaga de nuestros pueblos en
todos los rincones: en Venezuela, declarada por la UNESCO “territorio libre del
analfabetismo”, en Bolivia que recién también alcanzó esta
meta, en Ecuador, en Nicaragua, en El Salvador, o en todos los países
miembros del ALBA, que entiende por integración la solución de este tipo de
problemas.
Pero, como
intelectual, no puedo ocultar mi emoción cuando voy a realizar mi
primera conferencia de este viaje en la Universidad Bolivariana que ya cuenta
con más de 150.000 estudiantes que, mezclados con sus profesores, abordan
cuestiones ultra pertinentes sobre la particularidad del proceso de
transición socialista en Venezuela. Me emociona también saber que Venezuela
cuenta hoy en día con una población universitaria de más de un millón y medio
de estudiantes. Me conmueve saber que ya existen instituciones universitarias
en todas las ciudades del país. Me entusiasma también discutir los problemas
graves que tiene esta aventura intelectual de la cual participa todo un
pueblo. Qué placer discutir en la televisión en un programa nocturno, con
una periodista tan bien informada y tan inteligente como Vanesa Davies,
que dirige el programa “Contragolpe”. Que bueno ver que en vez de impedir
que me exprese, como lo hacen en las tierras donde hay “prensa libre”, me
pidan más análisis, más información, más polémica y discusión. Y todo
esto en vivo… Qué bueno que ya puedo hacer esto en una decena de
televisoras en América Latina…
Pero el día siguiente
me reservaba aún más emociones. Debía hablar sobre mi libro “Imperialismo y
Dependencia” recientemente editado por la prestigiosa editorial Ayacucho,
en el Auditorio del Banco Central en Maracaibo. Y encuentro en el
auditorio, además de profesores universitarios, economistas y
profesionales, una basta población de dirigentes comunales y de extracción
popular. Que gusto estar en un Banco Central abierto a las comunidades,
realmente “independiente” de los banqueros y otros especuladores con dinero
ajeno que mandan y desmandan en nuestros bancos centrales, disfrazados de
una burla llamada “mercado”, cuya opinión aún determina las políticas
financieras y monetarias de nuestros países.
Es con mucho gusto que
participo en la inauguración de la Feria del Libro de Maracaibo cuando
puedo mirar la investigación que muestra a Venezuela en el tercer lugar de
América Latina en frecuencia de lectura, con un porcentaje mayor al 50%
de la población de lectores contumaces de libros. Me da gusto saber
también que todos mis libros editados en Venezuela ya están agotados y
que nuevas ediciones están en marcha.
Que fantástico
participar en la tarde del mitin de lanzamiento, en el estado de Zulia, de la
candidatura de Hugo Chávez a la presidencia de la República Bolivariana de
Venezuela. Con 40 grados centígrados de calor veo una masa de unos 300 mil
ciudadanos que estaban a la espera del candidato desde las 10h00 y que
aguantaron hasta el fin de la tarde, apretujados en un espacio mínimo, con sus
hijos y parientes, algunos desmayándose para desesperación de los responsables de
la seguridad, que tenían que llevarlos a las clínicas dispuestas
cerca de la concentración.
Pero lo más emocionante
era sentir la alegría y el calor humano que emanaba de esta gente y que llegaba
al delirio en la medida en que Chávez llegaba en un camión que recorrió el
gigantesco espacio ocupado por esta masa. En el camión de Chávez venía,
junto con él, un joven grupo de rock que había compuesto una nueva
canción para su campaña. No satisfecho de abrazar a los millares de ciudadanos
que lograron agarrarlo y besarlo en el camino entre el carro y el palco, Chávez
tuvo fuerza para tocar la guitarra y acompañar el grupo de rock.
No puedo dejar de
recordar los artículos de periodistas brasileños que (uno de ellos es inclusive
miembro de la Academia de Letras de Brasil, para escándalo de los verdaderos
escritores del país) afirmaban que Hugo Chávez estaba próximo a morir y
no podría enfrentar una elección. Podían hacer estas “revelaciones” porque
ellos tenían informaciones de médicos brasileños “democráticos” que no ocultan
informaciones como los pobres y censurados periodistas venezolanos, impedidos
(¿por quien?) de informar correctamente a su población. Estos mismos
periodistas “democráticos” habían matado varias veces a Fidel Castro durante su
enfermedad y no dijeron nada cuando se restableció, hace varios años ya,
ni informan de cómo él discutía, durante 9 horas, con intelectuales
miembros de la Red en Defensa de la Humanidad en La Habana, hace ya algunos
meses. Cuanta mentira, cuanta “ copucha” orientada que se distribuye
impunemente en esta “prensa libre”…
¿Pero qué decir del
discurso de Chávez? Una pieza de profundo análisis histórico discutido
con esta masa acostumbra a ser despreciada por nuestros políticos, quienes en
general no sabrían cómo ni se preocuparían en explicar tan profundamente las
razones de su candidatura en una ciudad que el Libertador Simón Bolívar
escogiera para ser vecina de la capital de la Gran Colombia, que le habría
tocado gobernar si no fuera asesinado, según la tesis de Chávez, expuesta en
detalle a esta población que ya aguantaba más de 10 horas de sol a 40 grados de
temperatura y que continuaba firme escuchándolo y comentando con gritos y
aplausos sus planteamientos.
Razón y emoción se
encuentran en este desborde de cariño por el líder que superó la enfermedad,
que conmovió a su pueblo feliz de verlo hablar durante 2 horas bajo el sol, sin
ninguna manifestación de debilidad. Verlo discutir en detalle los planes de
cambio del estado de Zulia, que se encuentra gobernado por la oposición. Verlo
afirmar que el camino socialista para Venezuela solamente es posible si el
pueblo es capaz de garantizarlo.
Emociones y más
emociones cuando lo escucho y lo veo dirigirse a mí tantas veces, en
homenaje a mi condición de intelectual brasileño (que tanto discutió con
los venezolanos sobre nuestro destino común) y por amor al Brasil
que lo hace referirse a Lula y a Dilma con extremo cariño, para gozo del
pueblo allí presente y en todo el país a través de la televisión. Líder y
pueblo se complementan en sus gustos musicales y en sus estudios (pues
Chávez lleva algún libro a cada una de sus manifestaciones públicas para
compartir con su pueblo sus últimas lecturas, sus preocupaciones, sus críticas
y autocríticas, sus concepciones políticas). Jamás la derecha podrá tener un
líder así. Lo único que les cabe es intentar desmoralizarlo, lo que los aparta
aún más de las grandes mayorías que piensan y sienten exactamente lo contrario.
Cabe referirme a más
emociones de este viaje. Al placer de hablar a los directores de varios
Ministerios en el Instituto de Altos Estudios de Defensa Nacional, a los
rectores de las Universidades Bolivarianas, a los colaboradores del Centro
Rómulo Gallegos, y particularmente en la sede nacional del Banco Central, con
la presencia de varios de sus directores y dirigentes pero también de líderes
populares que tienen las puertas del banco abiertas a su participación. Banco
Central que se interesa por “la actualidad de la teoría de la dependencia”,
ignorada por la mayor parte de los bancos centrales. Casi todo esto lo
viví en la compañía de Monica Bruckmann, cuya obra de investigación sobre “la
geopolítica de los recursos naturales” despierta un interés extremo del Banco
Central de Venezuela y de los intelectuales, profesionales y políticos
así como en los liderazgos populares no solo de Venezuela sino que en toda la
región.
“Son tantas las
emociones”. Tan poderosas no solo cuando constatamos el avance de la
curiosidad intelectual de este pueblo sino también cuando sentimos este
amor entre el pueblo y sus líderes. Pero tan tristes cuando pensamos cuán lejos
estamos de alcanzar este ambiente de participación racional y romántica de un
pueblo con sus líderes. Lula quebró en parte estas rigideces impuestas por
nuestras clases dominantes. Dilma está conquistando nuestro pueblo con su
dedicación y amor sincero por él. En toda la región sentimos este clima de
participación activa del pueblo en nuestro ambiente político. Sin embargo,
falta un poco más de confianza en este pueblo que seguramente recompensará con
su cariño y dedicación a los que quieran jugar junto con él la suerte de
nuestra gran nación
latinoamericana.
- Theotonio Dos
Santos es Presidente de la Cátedra y Red sobre Economía
Mundial y Desarrollo Sostenible de la UNESCO y la ONU. Profesor emérito de la
Universidad Federal Fluminense (UFF) de Río de Janeiro. http://theotoniodossantos.blogspot.com
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