Una
vez que Chávez ganó las primeras elecciones, ciertos dueños de medios privados
pidieron inmediatamente su parte de la torta política. Ante la respuesta
negativa, Chávez dejó de ser el joven político alternativo y prometedor y se
convirtió en el “dictador”
Prochavistas
y antichavistas coinciden al menos en algo: desde hace poco menos de dos
décadas el Presidente Hugo Chávez es el comunicador por antonomasia en este
país.
Podemos
ubicar el bautizo comunicacional de Chávez en aquel “Por ahora” del 4 de
febrero de 1992. En una sola frase hizo sonrojar, incluso, a las más célebres
empresas de marketing. De inmediato ese breve discurso fue estudiado por los
“mediólogos” de todo el mundo y, lo que es más importante, fue asumido y
cocinado a fuego lento en la psique colectiva del venezolano.
Lo
interesante es que ese discurso, aunque impactante, hubiera podido desinflarse
con el pasar de los años. Pero no fue así: el impacto mediático del candidato
Chávez creció exponencialmente durante los años posteriores, llegando incluso a
hacerlo posicionar (previo a las elecciones de 1998) como un sorpresivo
protagonista outsider del juego comunicacional en este país.
Por
aquellos años muchos interpretaron el ascenso mediático de Hugo Chávez única y
exclusivamente como el producto de un apoyo táctico por parte de ciertos dueños
de medios en busca de un salvavidas político que los hiciera sobrevivir a la
implosión de la IV República.
La Otra Lógica
Aunque
es innegable que Chávez llegó al poder con el apoyo de ciertos medios privados
que, por cierto, ahora son sus más furibundos enemigos, el tiempo ha demostrado
que el fenómeno comunicacional “Hugo Chávez” no depende del medio en cuanto
tal, sino de una lógica comunicacional otra.
Una
vez que Chávez ganó las primeras elecciones, ciertos dueños de medios privados,
como era costumbre en este país, pidieron inmediatamente su parte de la torta
política. La respuesta del nuevo Gobierno fue negativa: inmediatamente, para
muchos medios privados de entonces Chávez dejó de ser el joven político
alternativo y prometedor, para convertirlo en el “dictador” que encabezaba un
“régimen totalitario”.
Pero,
a pesar de todo, el ataque de los medios privados contra el Presidente Chávez,
lejos de mellar su impacto comunicacional, lo ha catapultado como sujeto
ineludible de toda discusión político-comunicacional en Venezuela: no existe
discusión en el país que no pase por la figura de Chávez. Aún más, las veces que
Chávez por diversos motivos ha dejado de salir en pantalla o dar declaraciones,
el desierto mediático de los medios privados es más que evidente.
¿Cómo
se explica pues este fenómeno comunicacional?
No
cabe duda que todo ello depende de la instauración de una lógica comunicacional
que supera aquella instaurada en el país donde el protagonista era el medio y
no los interlocutores que se comunicaban a través de éste.
Se
trastocaron las lógicas y criterios comunicacionales a tal punto que el medio
se colocó en su justo lugar y medida: este volvió a ser el “instrumento” a
través del cual se hace posible la comunicación, y no más el fin último de toda
comunicación, tal como fue durante todo el siglo XX venezolano.
En
lugar del medio, el elemento protagónico pasó a ser la relación de comunicación
íntima y cotidiana entre un pueblo y un Presidente. Relación que, en muchas
democracias, se resume a declaraciones formales y protocolares o discursos de
ocasión que, sólo se hacen informales y cotidianos en campañas electorales (con
objetivos evidentes).
Libertad y Comunicación Plena
Dicha
comunicación franca y directa entre un pueblo y Hugo Chávez tuvo al menos dos
resultados últimos y definitivos: primero, dejó desprovisto a los dueños de
medios privados de ese poder político y simbólico colosal; segundo, catapultó
al Presidente Chávez como comunicador por antonomasia en Venezuela. Realidad
que, por cierto, penan a entender, no solamente los dueños de medios, sino
también los asesores comunicaciones de la oposición que siguen haciéndoles
decir a sus jefes que en Venezuela “no hay libertad de expresión”.
El
hecho es simple: difícilmente puede coartar la libertad de expresión en
Venezuela quien más se beneficia ella.
2 comentarios:
Chávez es la máxima expresión del Proceso Bolivariano, así mismo hay que dejar claro que a los medios, no podemos seguir llamándolos medios de comunicación, estos son medios de difusión e información, no podemos seguir engañando y que permitir que nos engañen... Un aplauso merecido, es que en este proceso transformador al que esta llamado Venezuela no se caerá porque hay un pueblo que Chavez lo llama a estudiar y despertó un poco la lectura, no como deberíamos leer, pero existe ese intento, para el mundo Venezuela no era noticia hasta hace menos de 15 años, ignoraron nuestra patria porque los que se creen dioses la esclavizaron a la marginalidad política internacional y evidentemente nacional, el llamado es a que no nos dejemos engañar y que la critica constructiva genere la transformación de la mano con el ideal de cambio, la intención de lo bueno esta allí! Estudiemos y otros callarán porque la razón esta en el argumento.
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