La conformación del polo, es motivo de intensa discusión
política nacional, es por ello que intentamos asumir una posición y generar
aportes al tema.
El Gran Polo Patriótico es un nuevo espacio-expresión de
la lucha ideológica que se escenifica en el seno de la Revolución Bolivariana. El
devenir del Polo en estas últimas semanas merece reflexión y discusión, ya que
el Polo reproduce en su seno las mismas contradicciones que marcan nuestra
Revolución.
Se muestra como un logro de largo alcance y de regocijo el
alto número de organizaciones sociales y movimientos que se han inscrito: 32.080
hasta la fecha. Vemos sin embargo, en estos datos una señal que debe
preocuparnos; se evidencia un alto grado de fragmentación y atomización del
campo revolucionario venezolano.
Por un lado, brilla en el Polo, el esfuerzo arduo de
organizaciones que vienen trabajando con entrega y compromiso por la
construcción del Socialismo, quienes con sacrificio han venido pariendo
militantes y conquistando espacios; pero por otro, vemos cómo por arte de magia
nacen frentes, colectivos, organizaciones de maletín. Brota mucho oportunismo
de las “bases”, oportunismo rentista, que muchos dirigentes no hacen sino
reforzar, mientras otros, menos ingenuos pero no menos oportunistas, inscriben
sus grupos, maquinarias, equipos burocráticos como organizaciones sociales,
pretendiendo su parte de la torta dentro del polo, para seguir escalando en la
pirámide burocrática.
El Gran Polo Patriótico nace en medio de un clamor antipartido,
un rechazo a la práctica política desarrollada desde el bipartidismo
puntofijista por un lado, y por el otro a partir de la caída del Bloque
Soviético, en el que con el discurso del Fin de la Historia, se deslegitimó,
todo, absolutamente todo lo que oliera a Socialismo. Estos dos componentes
configuraron un movimiento social amante de la microlucha sectorial, local, reivindicativa,
que desdeña del poder, de la organización política nacional y prefiere la
defensa de la parcela inofensiva.
En algunos casos, las organizaciones del Polo, encontraron
en este espacio la confluencia del descontento contra el partido, y en especial
contra el Psuv como forma organizativa.
Creemos firmemente que es un error enfrentar el Polo al
Psuv, despojar al movimiento social de metas políticas de largo alcance y convertir
al polo en un reproductor de fragmentación social. El Polo corre el peligro de
convertirse en lo que pretende enfrentar, de reproducir la misma ideología que
tanto critica. Toda la fraseología del horizontalismo, del asambleísmo vacuo,
de la negación de dirección política y del culto al espontaneismo aparece en el
polo como panacea populista.
El Polo junto al Psuv debe trazar las líneas gruesas de un
programa político de transición revolucionaria hacia el Socialismo. Juntar los
esfuerzos parciales organizativos en consignas de alcance nacional, continental
y mundial, que superen un mero conglomerado nacionalista, tan diverso como
indefinido y que siente bases de una organización peligrosa para el capitalismo.
En primera instancia, el Polo debe asumir sin medias
tintas el Socialismo como el gran proyecto liberador, y a partir de ahí diseñar
un plan de lucha que tenga como eje central: la construcción de un Tejido
Social Revolucionario, de alcance nacional, confederados para deliberar desde los
ámbitos locales hasta los nacionales; construir la necesaria superestructura de
consejos que le vayan dando cuerpo a un nuevo Estado, al auténtico Poder
Popular. Las organizaciones del Polo deben ocuparse de esta tarea fundamental,
que implica aportar los esfuerzos concretos en la materialización de este gran
proyecto nacional, todos los talentos, capacidades, facultades de cada
organización agrupadas en la gran tarea nacional de tejer el gran entramado
social, ejército de sujetos conscientes, movilizados.
Con este entramado de Consejos del Poder Popular,
articulados nacionalmente, la Revolución contará con nuevos espacios de
planificación y deliberación de políticas públicas. La movilización permanente
de esta gran maquinaria permitirá acelerar la revolución, mantener la emoción y
facilitar la formación política del pueblo, es decir, organizar el amor que une
a Chávez con el pueblo.
Se logra, sobre todo, algo que es muy importante, la
fuerza social suficiente para desplazar el perturbador y dañino método
electoral de la democracia burguesa, que permanentemente nos obliga a posponer
las batallas fundamentales de la Revolución en nombre de una gobernabilidad y
una estabilidad política que poco a poco desangran a la Revolución. Las
elecciones burguesas son contrasocialistas, debemos modificar radicalmente la
forma en que elegimos y somos elegidos.
TatuyTvc – Movimiento Integración
Universitaria
Mérida Venezuela
Noviembre de 2011
4 comentarios:
que buen articulo . la verdad que ustedes cargan un potencual analitico y de aporte al proceso interno valioso para aprender a evolucionar bien en la gesta emancipadora. cooper saludos
Compañero Cooper, agradecidos de su apoyo. Este artículo es sólo un humilde aporte al debate necesario en la construción del Socialismo, de la humanidad que soñamos. Aún falta mucho por decir, y más por hacer.
Un artículo que reconozco con respeto, entendiendo que el polo no puede quedarse atrás, ni mucho menos flojear; en un artículo en este mismo blospot rescato una idea importante, el polo deberá ser en pro del proceso revolucionario y es evidencia de la unificación que propicia el Presidente Chávez, no puede quedarse sin espacios. La unidad no puede versar sólo en una pequeña parte, entendamos que latinoamerica y el caribe deberán aspirar a la unidad para los tiempo del por venir, saludos!
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