10 feb. 2012

Entrevista al colectivo de refugiad@s politic@s vasc@s en Venezuela por el diario Ciudad CCS. Por Ernesto Villegas Poljak


El 20 de octubre del año pasado, ETA anunció el cese definitivo de su lucha armada. El cambio de estrategia rindió frutos un mes después, cuando una avalancha de votos premió a los candidatos independentistas del País Vasco en las elecciones españolas.

¿Cómo perciben ese proceso los refugiados vascos radicados en Venezuela? Desde España cierta prensa los estigmatiza como radicales, extremistas, reacios al giro pacífico de la lucha independentista. Una matriz que ellos decidieron enfrentar. Agrupados en el Colectivo de Refugiados y Deportados Políticos Vascos en Venezuela respondieron en un texto colectivo las preguntas de Ciudad CCS.

—¿Qué opinan del cese de la lucha armada de ETA?

—Es importante situar esta decisión en la evolución histórica de la lucha de las fuerzas revolucionarias vascas por la liberación nacional y social de nuestro país. ETA surgió hace más de 50 años, en medio de la dictadura de Franco. Desde entonces el proceso de liberación ha tenido una evolución importante. Durante décadas, los Estados español y francés han intentado la asimilación de Euskal Herria como nación, negando su reconocimiento y el derecho de autodeterminación. Para ello, se impuso un marco jurídico-político, el cual niega los derechos antes mencionados y divide territorialmente nuestro país. Durante esos años, la apuesta del Estado español, con la colaboración del nacionalismo burgués vasco, ha sido intentar estabilizar ese marco de negación y la represión ha sido el eje de su intervención, para intentar neutralizar al independentismo vasco. Hoy en Euskal Herria ese marco no sólo no está estabilizado, sino que la mayoría de la ciudadanía y agentes políticos, sindicales y sociales vascos creen que está agotado y que hay que superarlo. La mayoría social quiere decidir libremente su futuro, sin ningún tipo de amenaza e injerencia externa. Por tanto, se ha conseguido evitar la asimilación de Euskal Herria y hoy más que nunca el pueblo vasco está vivo y exige un cambio basado en el reconocimiento de todos los derechos nacionales y sociales. La mayoría social de Euskal Herria apuesta firmemente por la superación del conflicto político y armado mediante el diálogo y la negociación. Aunque todavía la represión no haya cesado, no han conseguido neutralizar al independentismo vasco. Es más, las posiciones independentistas van en aumento y las fuerzas a favor del cambio en términos de soberanía y de izquierda están uniendo esfuerzos para impulsar el cambio. Se han ido creando condiciones para materializar un cambio de ciclo, en el cual la clave se basa en las nuevas mayorías sociales y políticas que se vayan creando y en la capacidad de éstas para materializar el cambio político. Entendemos que todos estos pasos son fruto de una reflexión estratégica de todo el movimiento de liberación nacional vasco sobre el proceso histórico y el futuro del mismo. Creemos que ETA y el movimiento de liberación vasco son los que están respondiendo a las necesidades y derechos de nuestro pueblo, los que han tomado la iniciativa política para romper con el bloqueo, los que han creado la oportunidad histórica de superar el conflicto. Al fin y al cabo, los que han generado una nueva ola de ilusión en la sociedad.

UN CHANCE A LA PAZ

—¿Es realmente posible la paz hoy en el País Vasco?

—Sin lugar a dudas si hoy la paz es más posible que ayer, es gracias al esfuerzo del movimiento de liberación vasco y de amplios sectores de la sociedad vasca. Los estados, hasta el día de hoy, no han demostrado atisbo de voluntad para la paz. La verdadera paz se basa en la justicia, en la libertad y en la democracia. En reconocer que hay una nación y que su ciudadanía tiene el derecho de elegir su futuro. En última instancia, todas las partes implicadas en el conflicto y en especial los estados deben respetar la decisión de la sociedad vasca. Esa es la garantía de una paz justa y duradera, dar solución a los nudos políticos que generaron el conflicto y para ello todas las partes deben comprometerse con unas nuevas reglas de juego previamente acordadas. Si los estados español y francés estuvieran dispuestos a reconocer esos derechos, la paz estaría a la vuelta de la esquina.

—El Gobierno español dice que espera el comunicado en que ETA anuncie su disolución.

—El conflicto es político. No surgió con el nacimiento de ETA. Las raíces son mucho más profundas. El Estado español intenta desvirtuar el conflicto, negando su carácter político y la responsabilidad histórica que tiene sobre el mismo. Y lo hace porque sabe que avanzar hacia una solución democrática supone reconocer a Euskal Herria y su derecho a la autodeterminación y que su oferta política en ese escenario democrático es débil ante las demandas de la sociedad vasca. Por tanto, intenta poner toda la atención y responsabilidad en ETA, en el Movimiento de Liberación Nacional Vasco y en los pasos que debieran dar los mismos. Después de los pasos que ha dado ETA, anunciando el cese definitivo de la lucha armada, es absurdo que el Estado español haga esa petición sin antes haber dado ningún paso. ETA ha abierto la oportunidad para superar las consecuencias de la confrontación armada. Ahora les corresponde a los estados entablar un diálogo directo con la organización armada para llegar a acuerdos sobre las consecuencias de la confrontación armada.

—¿Cómo es actualmente el mapa político en el País Vasco?

—Debe tenerse en cuenta que Euskal Herria (País Vasco) está dividida. Tres territorios están bajo el dominio del Estado francés, sin ningún tipo de reconocimiento. Los otros cuatro territorios bajo dominio del Estado español y divididos en dos autonomías. Esta realidad ha tenido consecuencias a diferentes niveles. Por suerte, la lucha de muchas generaciones y miles de personas ha hecho que no hayamos desaparecido como pueblo y que la llama de nuestra conciencia nacional esté más encendida que nunca. Aunque según los territorios o zonas la correlación de fuerzas sea diferente, la mayoría social se siente parte de una realidad política y cultural diferenciada y que tiene el derecho a decidir su futuro. Cada vez es mayor el apoyo hacia las ideas independentistas. Las últimas elecciones municipales y estatales en los cuatro territorios, han demostrado que el apoyo popular hacia la oferta independentista y de izquierdas va en aumento.

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Así llegaron aquí

> En Venezuela reside una numerosa comunidad vasca, que en su mayoría llegó a nuestro país huyendo de las consecuencias económicas, políticas y sociales de la dictadura de Franco.

> Desde entonces y hasta nuestros días muchos ciudadanos y ciudadanas vascos han llegado a nuestro país en carácter de exiliados o deportados políticos provenientes de Francia, Panamá o Argelia como fruto de acuerdos políticos entre el Estado venezolano y el Gobierno español.

> Los refugiados sostienen que el conflicto vasco requiere apoyo e intervención internacional. De hecho, enumeran una serie de iniciativas de personalidades mundiales que han ayudado a enrumbar la búsqueda de una solución política al asunto vasco.

> Sobre la posición de Venezuela responden en torno al tema responden: “A nosotros no nos corresponde decirle al pueblo ni al Gobierno venezolano qué hacer. El hecho de ofrecer solidaridad y apoyo a la lucha del pueblo vasco es o sería de por sí un ejemplo de solidaridad internacionalista entre los pueblos que tendría un valor político de gran importancia”.

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