7 feb. 2012

Si fuera ésta nuestra culpa/ ¡Que hermoso es el terrorismo!. Por Edgar Gutiérrez


Ayer, 6 de enero, el presidente de Israel (estado que no es nación) amenazó, de nuevo a los palestinos por intentar la paz y haber decretado una unión entre ellos e intentar construir un gobierno palestino de unidad. Pero el señor ese, presidente del estado de Israel (que insistimos es estado sin nación) dijo inmediatamente a Mahmoud Abbas (presidente del gobierno Palestino, nación sin estado y casi sin nación, apenas con algo de alma): "O es la paz con Hamas o la paz con Israel"

Uno se pregunta ¿Se puede tener paz con Israel? ¿Puede la nación palestina tener paz con Israel? ¿Puede alguien decente tener paz con un estado sin nación que hizo del asesinato, el genocidio, la violación, el exterminio  una razón de estado?

En un interesante blog, Poesías del Asfalto el cual invito a visitar en la siguiente dirección http://delasfalto.blogspot.com/ (no tengo idea de quién lo hace ni desde dónde) encontré esta poesía de Nizzar Qabbani, poeta palestino, que quiero compartir con ustedes. Sin más comentarios. Espero solamente que la lean completa. Como verán de ella tomé el título de esta nota. Pues es verdad, “ellos” que hacen de la muerte razón de estado, no son terroristas, los terroristas somos nosotros que defendemos la vida. Por ello ¡Que hermoso es el terrorismo!
Estoy con el Terrorismo

Nos acusan de terrorismo/ si defendemos la rosa... y la mujer /y la poesía meritoria /y el azul del cielo /de un país en cuyo espacio no queda /agua ... ni aire /

No queda en él ni una tienda... o camella /o café negro /

Nos acusan de terrorismo /si escribimos sobre los restos de una patria /desplazada, separada y gastada/ cuyos pedazos se esparcen en trozos.

De una patria que busca su destino/ y de una nación que no tiene nombres.

De una patria de la que no queda de sus primeras grandes poesías /sino las poesías de Al-Jansa/

De una patria en la que no queda en su horizonte/ libertad roja.. o azul o amarilla.

De una patria que nos prohíbe comprar el periódico /o escuchar las noticias/ de una patria en la que a todos sus pájaros /se les prohíbe siempre cantar.

De una patria...en la que sus escritores se acostumbraron a escribir/ de tanto terror...en el aire....

De una patria que camina hacia las negociaciones de paz/ sin honor/ y sin zapatos.

De una patria cuyos hombres de miedo se han orinado sobre sí mismos/ y no queda más que las mujeres.

La sal... está en nuestros ojos...la sal... está en nuestros labios/ la sal... está en nuestras palabras/ ¿acaso la sequía está en nuestras almas/ como una herencia que nos viene de la tribu de Qahtán?/ y ni siquiera en nuestra nación queda Mu áwiya...ni Abu Sufyánni queda quien dice no/ en el rostro de quien renuncia/ a nuestra casa... y a nuestro pan... y a nuestro aceite/ y convirtieron nuestra historia floreciente...en una tienda.

No queda en nuestra vida ni un poema/ que no haya perdido su honradez/en la alcoba del sultán.

Nos hemos acostumbrado a nuestra ofensa/ ¿Qué queda del hombre/ cuando se acostumbra a la insignificancia?

Busco en los archivos de la historiaa Usamát Bin Munqit/ y a Uqbat Bin Nágica Umar ... o Hamza/ busco a Mucataem bin-llaha Jallid que se arrastra hacia Al Sazam/ para salvar a las mujeres del salvajismo de la ofensa/ y de las lenguas del fuego/

Busco a los hombres del fin del tiempo/ y no veo en la noche salvo gatos miedosos/ cuyas almas sólo temen/ el poder de las ratas.

¿Acaso nos atacó una ceguera nacional?/ ¿O nos quejamos de la ceguera de los colores?/

Nos acusan de terrorismo/ si rechazamos nuestra muerte/ con las escobas de Israel/ que destruyen nuestra tierra/ que destruyen nuestra historia/ que destruyen nuestra Biblia/ que destruyen nuestro Corán/ que destruyen las tierras de nuestros profetas.

Si fuera esta nuestra culpa/ ¡Qué hermoso es el terrorismo!

Nos acusan de terrorismo/ si rechazamos borrarnos...entre las manos de los mongoles... y los judíos... y los bárbaros/ si tiramos una piedra/ en el cristal del Consejo de Seguridad que/ ocupó el César de los Césares

Nos acusan de terrorismo/ si rechazamos negociar con el lobo y tendemos nuestra mano a una prostituta

América/ está contra las culturas de la humanidad/ y ella no tiene cultura

Está contra las civilizaciones de las civilizaciones/ y ella no tiene civilización.

América es un edificio gigante/ que no tiene paredes


Nos acusan de terrorismo si defendemos la tierra/ y el honor de la arena/ si nos rebelamos contra la violación del pueblo/ y nuestra violación/ si protegemos las últimas palmeras/ de nuestro desierto/ y las últimas estrellas de nuestro cielo/ y las últimas letras de nuestros nombres/ y las últimas gotas de leche en los pechos de nuestras madres.

Si fuera ésta nuestra culpa/ ¡Que hermoso es el terrorismo!

Yo estoy con el terrorismo/ si puede salvarme de los inmigrantes de Rusia/ y Rumania, Hungría y Polonia.

Yo estoy con el terrorismo/ si puede liberar a Cristo y a la Virgen María/ y a la Ciudad Sagrada/ de los mensajeros de la muerte y de la ruina.

Ayer/ estaba la calle nacional en nuestros países/ relinchando como un caballo/ y estaban las plazas como ríos/ desbordados de vitalidad/ y después de Oslo/ no quedaron dientes en nuestra boca

¿Acaso nos hemos convertido en un pueblo de ciegos y de mudos?/

Nos acusan de terrorismo/ si defendemos con toda la fuerza de nuestra herencia de poemas/ de nuestra pared nacional/ de la civilización de la rosa/ de la cultura de plantas en nuestras montañas/ y de los espejos de ojos negros.

Nos acusan de terrorismo/ si defendemos con nuestra escritura/ el azul del mar/ el olor de la tinta/ y de la libertad de la letra/ y la santidad del libro

Estoy con el terrorismo/ si puede liberar al pueblo/ de los crueles y de la crueldad/ y salva al hombre del salvajismo de lo humano/ y devuelve los limones y el olivo y el jilguero/ al sur del Líbano/ y devuelve la sonrisa al Golán

Estoy con el terrorismo si puede salvarme del César de los judíos / o del César de los romanos

Estoy con el terrorismo/ mientras este nuevo mundo/ está dividido en dos mitades/ entre América e Israel.

Estoy con el terrorismo/ con todos los poemas y la prosa que tengo/ y los colmillos/ mientras este nuevo mundo está en manos de un carnicero.

Estoy con el terrorismo mientras dure este nuevo mundo/que nos clasificó en el género de las moscas.

Estoy con el terrorismo/ si el congreso de los senadores en América/ tiene en sus manos/ el juicio final y es él quien decide la remuneración: el premio y el castigo.

Estoy con el terrorismo/ mientras este nuevo mundo/ odia desde sus entrañas/ el olor de los beduinos.

Estoy con el terrorismo/ mientras este nuevo mundo/ quiere degollar a mis hijos/ y tirar sus restos a los perros.

Por todo esto levanto mi voz en alto/ estoy con el terrorismo/ estoy con el terrorismo/ estoy con el terrorismo.

2 comentarios:

Andrés Hussein dijo...

Estamos con el pueblo palestino su lucha es de todos los ciudadanos que creen en la soberanía de los pueblos.

Karen Dayana dijo...

Quer la letra no sea letra muerta y que la lucha se combine con lo autentico y necesario, siempre que sea elemnto de dignificación y respeto, y valor para los que merecen que se les diga cobardes y que maldicen para herir y destruir, cuando necesitamos que se construyan los lazos entre hermanos y renazca la solidaridad, entre todos los merecedores de ella!