Mi venganza personal será mostrarte
la bondad que hay en los ojos de mi pueblo
implacable en el combate siempre ha sido
Y el más firme y generoso en la victoria.
Mi venganza personal sera decirte:
Buenos Días, sin mendigos
en la calle
cuando en vez de
encarcelarte te proponga
te sacudas la tristeza de los
ojos.
Mi venganza Personal (Letra y Música: Luis Enrique Mejía Godoy)
(Canción basada en frase que el Comandante sandinista Tomás
Borge le dirigió al hombre que lo torturo en la cárcel: “Mi venganza personal,
será el derecho de tus hijos a la escuela y a las flores...”)
Hace
unos años cuantos años atrás, murió un líder de la derecha, su nombre ahora no
importa, ese día, varios profesores de una facultad de una universidad autónoma
venezolana (tampoco importa mucho cual) celebramos lanzando cohetes y trajimos
una botella de Champan. La celebración duro hasta que uno de los compañeros de
trabajo, nos dijo con tristeza, "como
pueden celebrar si saben que eso me duele"... Realmente ese señor, el
muerto, era o es, un asesino (pues muerto lo sigue siendo, fue de los que siempre
tenía sus razones para disparar aún cuando no hubiera razones). Más tarde ese
mismo día reflexionábamos acerca de que esa conducta era justo la que la
derecha festejaría en nosotros. Los revolucionarios, movidos por grandes
sentimientos de amor a la humanidad viviente no podíamos ser como ellos. La Champaña ese día quedo
olvidada. En días posteriores asistíamos al entierro de una compañera que murió
asesinada en manos de la policía y allí su madre decía: "¡Me duele terriblemente Juana, pero tengo más hijos y si la
patria los necesita ahí están!" Unos años luego, en Mérida, acompañábamos a
nuestro camarada el viejo cura Juan José (compañero de luchas y esperanzas) en
la extraordinaria manifestación que fue el entierro de Magdiel. En la entonces
redoma de la Av. Tulio Febres, nos esperaban los Cazadores y disparaban continuas
ráfagas al aire, tratando de que nos dispersáramos. Cuando los muchachos
trataron de responder con piedras, Juan José grito: ¡Adelante, muchachos! ¡sigamos!
¡Recuerden que los bestias son ellos! Y seguimos y el ejército no pudo sino dejarnos
pasar. Éramos muchos, y la dignidad asustó a los gorilas más que las balas a
todos. Y así marchamos hasta la antigua Facultad de Humanidades de donde era
alumno Magdiel. Pudo más la dignidad que las balas y el miedo...
Y así
se fue formando en nosotros esa convicción de que los revolucionarios no
peleamos por un cambio solamente económico, peleamos por un sentimiento,
peleamos porque queremos vida para todos, porque entendemos que la vida humana
es todo lo que ella es o no es nada, y ello incluye hasta el respeto a nuestros
enemigos. Estamos obligados a derrotarlos, estamos obligados a crear vida para
todos (por qué, ¿qué otra cosa sino es
la sociedad comunista por la que
luchamos?) y ello aunque nos suene sorprendente, pasa por el respeto absoluto a
nuestros enemigos. Justicia, si. Pero bañada de respeto y de moral comunista.
A qué
viene esto. Bueno anoche me llama una camarada para avisarme la noticia sobre
la muerte de Alfonso Cano (voy a usar deliberadamente sólo su nombre de lucha).
Casi como un autómata prendí el televisor y sentí asco. Por una parte la
"imparcialidad" (¿imparcialidad?) de Telesur, con unas entrevistas
sin sentido y repitiendo, como loros bien amaestrados, lo que le conviene al
imperio que se diga. Y posteriormente el espectáculo degradante (ahumano) de
los que celebraban su muerte. Hasta ahí vi la televisión. Preferí rumiar mi dolor en silencio.
Y se
hace grandemente cierta la afirmación de Juan José: ¡Los bestias son ellos!
Luego
que comienza a llegar información por internet, empieza a armarse el
rompecabezas. Primero, en "el combate" participó no sólo ejército de
Colombia (el títere) sino también contratistas de la DEA, de la CIA y del Mo$$ad que con una fuerza desproporcionada
(según un artículo que leí, la proporción era algo así como de 100 a 1, y con
todo tipo de equipo y armamentos)....Sin embargo la lucha duro más de un día. Sabemos
que Cano era perseguido desde hace muchos años, desde antes de la muerte de
Marulanda. Se necesitaron años y miles y miles de hombres movilizados para
matarlo.
Pero
además hay indicios de que Alfonso fue ajusticiado, así como fue ajusticiada su
compañera. Pero hay una diferencia entre los que lo mataron y estos Camaradas,
los dos murieron peleando, como cualquier combatiente, mientras que los que los
mataron están en su casa (asustados) pues lo más cerca de un combate que han
estado es cuando ven un thriller en televisión. Es la simple diferencia entre
un revolucionario y una rata.
Nuevamente
es claro que detrás de la "heroica acción
militar" hay otros intereses y otros objetivos. Es claro que al gobierno
de Colombia (el títere) no le conviene de ninguna manera el final de la guerra.
Es claro que el imperio entiende que es vital impedir, por cualquier medio, la
paz en Colombia. Pues de ocurrir esa desgracia (la Paz) ¿cómo puede seguir
justificando un gasto militar que iguala ya al de Israel? El imperio necesita
todo ese poder militar en Colombia para mantener "la Paz" en la
región. Y Alfonso Cano era un peligro para la guerra, era (es) un
revolucionario empeñado en la Paz, pero otra Paz, la de la justicia social, la
de verdad. No la Paz del miedo, del
terror, la de El Capital, la que nunca será Paz, más bien la que siempre será no-paz.
Ellos saben que matándolo alejan cualquier posibilidad cercana
de Paz. Pero, saben además que las FARC no son sólo Alfonso Cano. La muerte del
Camarada es un dolor inmenso, pero como
decía Benedetti: "algunos cantan
victoria porque el pueblo paga vidas, pero esas muertes
queridas van escribiendo la historia" Porque, y eso no lo dicen los
"medios", particularmente esos que informan para mentir, la lucha de
las FARC no sólo va a seguir, sino que debe seguir, la revolución
nuestramericana así lo requiere. Y pedirle a los Camaradas que dejen la lucha
no sólo es una estupidez, es definitivamente mucho más que eso. Están
equivocados propios y extraños que se empeñan en afirmar que los procesos
dependen de sus líderes. La historia nos ha mostrado que un proceso que depende
de un líder no existe como tal, no es real y se derrumba en la primera
oportunidad. Reales son los procesos que paren líderes y los paren cada vez que
sea necesario.
Otra vez la maldición contra la cual no puede el
imperio: Cada vez que mata un Revolucionario, lo engrandece, lo aumenta, lo
hace infinito. Y cada vez que un Revolucionario da la vida por la esperanza,
damos un paso más, hacia la Victoria definitiva.
Queda,
si, una sensación extraña en el ánimo.
Repito, no es sólo el dolor. No, es también la sensación de que hay muchas
cosas que no están bien, y no en Colombia, se necesita ser muy bobo o
convenientemente ignorante para no verlo. Pienso en otras partes, en Venezuela
por ejemplo, pienso ahora, en la manera
como se presentó la noticia del asesinato de Gadafi y las declaraciones
posteriores del Comandante, y me pregunto ¿habrá algunas similares ahora, o
habrá sólo silencio?
Todos
sabemos que el silencio en determinadas situaciones es más elocuente que un
grito.
Alfonso
Cano, murió haciendo lo que tenía que hacer: Luchar por la Revolución
continental. Y eso es lo que debemos hacer todos los que de verdad buscamos la
Revolución. ¿O es que acaso no sabemos lo que va pasar en Venezuela apenas ellos puedan atacarnos y cuál va ser la
actitud, la conducta, la forma de lucha que habrá que asumir? ¿Vamos a seguir
creyendo que la "Paz" en Venezuela está garantizada por los siglos de
los siglos? ¿Vamos a seguir pensando que la guerra en Venezuela va ser sólo contra el Ejército
bolivariano y no contra el Pueblo? ¿Vamos a seguir creyendo que podemos tener
armamento suficiente para detener al imperio en una guerra convencional?
Una
cosa es cierta: un Revolucionario que muere en la lucha siempre encuentra otro
que toma su fusil para continuar. No hacerlo es traición y esa sí es una forma
real de morir.
Alfonso
Cano vive, y esto no es una consigna. Y vive porque siempre fue PLOMO (Patria
Libre o Morir) y nosotros debemos serlo también, como única forma de evitar ser
MIERDA.
El
imperio y sus sirvientes locales ahora cantan inútilmente una victoria, pero el
Pueblo que lucha, como hacedor de la historia y sin abandonar la ternura,
luchará por la vida, y sabe que suya será la Victoria final.
Perdonen
si esto salió un poco largo, pero es largo como el dolor.
Sólo
los invito a que junto al Che, a Alfonso y a tantos más gritemos a toda voz: Hasta la Victoria, Siempre.
Edgar.
Nota. Artículo suscrito por completo por el colectivo TatuyTv
2 comentarios:
... los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos, y esto no nos prohibe llorarlos.
Un abrazo Viejo.
...ese dolor tambien es mi dolor...
y ese abrazo de Ana B... tambien es mi abrazo... l.p
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