La campaña electoral sube de tono y aparecen personajes santiguados con
la peor manera de hacer propaganda: el rumor y la mentira. Desde ahora no nos
podemos sorprender por la cantidad de elementos que se presentarán para tratar
de desprestigiar la imagen del Presiente Chávez. Se dirá de todo, se comentará
de todo, se profanarán hasta los más petrificados códigos de ética del
periodismo con el fin de ganar adeptos a favor del candidato de la derecha.
¿Razón? Es obvia la respuesta: Capriles Radonski no sube en las encuestas.
Hasta Datanálisis en su último informe coloca a Chávez 13,3 % por encima del
representante de la derecha; otras encuestadoras, como 30/11 le dan una ventaja
de 30 puntos por encima de Radonski. No hay duda que en las cavernas de la MUD se mueven las fichas
desesperadamente con el objeto de tratar de repuntar y evitar que Capriles no
perezca por inanición de votos; hasta se presume un golpe a su candidatura y
como en la vieja usanza adeco-copeyana, pudieran incluso sacar un bateador
emergerte. No obstante todavía algunas encuestadoras afirman que hay un 25 % de
electores indecisos, los cuales están siendo estimulados para capitalizar votos
a favor de Radonski ¿Quién está detrás de
la campaña electoral de Capriles? No podemos decir que es una sola
persona, la cual funge como arquitecto y diseñador de las más perspicaces
argucias de la derecha nacional con el fin de convertir a Radonski en el dandi
venezolano del siglo XXI con vocación filantrópica. Detrás de la MUD está JJ Rendón, “genio y
figura” de la propaganda sucia, de la clínica del rumor, del desparpajo de
elegancia taoista que sólo la usa para no mostrar su verdadera esencia: sus
gustos obsesivos por la estética cuartorepublicana soterrada del más rancio kisth.
Este “gentleman” de las campañas electores en cualquier parte del mundo,
es un venezolano que guarda en su extenso pedigrí a favor de las representantes
del neoliberalismo los siguientes episodios de delirio de grandeza: ha
trabajado en más de 26 campañas presidenciales y, asegura, sólo ha perdido 2 de
ellas. Su más famosa derrota fue el referendo revocatorio del Presidente Hugo
Chávez, fue asesor en la segunda campaña presidencial de Carlos Andrés Pérez
(promover el voto joven) y luego de Rafael Caldera (Chiripa Publicidad), además
fue contratado en Colombia para crear un partido que terminó llamándose “el
Partido de la U ”,
Partido Social de Unidad Nacional, cuyo objetivo era unir las fuerzas del
uribismo. En Honduras, luego del secuestro y derrocamiento de Manuel Zelaya,
este mercader de la política asesoró a Porfirio Lobo en su campaña para
alcanzar la presidencia de esa nación. Sus últimas andanzas están vinculadas
con el triunfo de Santos en Colombia, campaña signada principalmente por una
serie de aspectos de guerra sucia contra Antanas Mockus, contrincante más duro
que tenía Santos y quien en algún momento se perfiló como la opción más fuerte
para ocupar la Casa
de Nariño, actualmente es asesor del gobierno de transición libio y se le
vincula como mentor en propaganda de la
Mesa de la
Unidad en Venezuela. Tomáz Garzía, en un artículo denominado
“J.J Rendón y la Guerra
Sucia en las elecciones”, publicado el 2010 en la revista
Claroscuro, se refiere de esta manera del asesor de Capriles Radoski: “Una de
las muchas formas de operación de J.J. Rendón consiste en contratar a un grupo
de personas para que cuando vayan en buses o se encuentren en lugares
concurridos, hablen en voz alta como si hubieran sido testigos de los rumores
que se pretenden difundir. Así, los que presencian la charla creerán que poseen
una información exclusiva y la comenzarán a propagar. Si Rendón quiere inventar
un rumor con prostitutas, contratará un grupo de éstas para que vayan a hacer
un escándalo, y tendrá un camarógrafo misteriosamente oportuno para que todo
quede registrado y se pueda masificar…”. Señala también este analista político
en su revelador artículo de opinión que “este artífice de la guerra sucia basa
su estrategia de desprestigio en lo que él llama “Las tres eses”: Sexo, Salud y
Salario. En el primer caso podríamos citar rumores como la amenaza a Nicolás
Uribe (político colombiano), con las prostitutas, o comentarios sobre pedofília
y homosexualidad. En cuanto a salud, tendríamos rumores sobre enfermedades de
los candidatos (no sería de extrañar que en este punto saque todo el jugo que
pueda darle el parkinson de Antanas Mockus); y, finalmente, el factor Salario
se relaciona con corrupción y negocios sucios que pueda imputarle a sus
víctimas”. Sin embargo, es importante subrayar que la cultura política colombiana
no es similar a la venezolana, aunque juntos, vecinos y hermanos de esta región
no han tenido el mismo nivel de interpelación sobre aquellas herramientas que
usa JJ Rendón para posicionar sus mentiras. En Colombia los medios de difusión todavía
son para las mayorías un poder inquebrantable, una figura omnipresente y
legitimadora de la opinión pública; muy al contrario, en Venezuela, tanto
opositores o militantes de la
Revolución hemos dado un paso importantísimo en el
cuestionamiento sobre el desempeño de los medios de difusión masiva. Los que
apoyamos al Presidente Chávez criticando las manipulaciones de los medios de la
derecha y su recurrente conspiración mediática; al otro lado del camino, los
oposicionistas, interpelando al Sistema Nacional de Medios Públicos por su
militancia y convicción de enrumbar la comunicación y el periodismo hacia
derroteros más comprometidos con los excluidos. Sí, JJ Rendón es una ficha
clave para ayudar a Radonski, pero esto no es México, Colombia o Perú, Panamá,
EEUU, donde todavía las campañas
políticas se rigen casi exclusivamente por lo que designan los oligopolios o
monopolios mediáticos; aquí, en la
Patria de Bolívar le metimos el dedo en el ojo al “mago con
la cara de vidrio”, nos sacudimos las manipulaciones de los hijos de Gutenberg
y desciframos que detrás de las aterciopeladas voces radiofónicas existe una
estridencia de mentiras y medias verdades.
Mariano Ali*
@aliperiodista
Periodista
Profesor de la ULA
Director de YVKE Mundial en Mérida
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