16 ago. 2011

!ALERTA! Caso Julián Conrado es un gigantesco "falso positivo": el expediente es asombroso de arbitrariedades S.O.S . Por Arturo Ramos (Coordinadora "QUE NO CALLE EL CANTOR / FUNDALATIN )



Homenaje jurídico venezolano a Cantinflas en su centenario

El Presidente Chávez adivina el futuro y Julián Conrado es Mandrake El Mago

En una mamarrachada jurídica, que pudiéramos catalogar de “falso positivo” a la venezolana, se convirtió el caso de Julián Conrado, tal como sucede en el juicio de la famosa película “Ahí está el detalle”, protagonizada por don Mario Moreno, Cantinflas.  Lo anterior se desprende de la sarta de incoherencias que contiene el expediente elaborado en la corredera de captores, fiscales y jueces responsables del proceso, el cual sigue su curso actualmente en el Tribunal Supremo de Justicia.  Pido a los lectores paciencia y capacidad de asombro, para discernir fríamente algunos insólitos datos y aspectos que contiene y se desprenden del sumario,  del cual obtuvieron copia los abogados,  la Coordinadora  “QUE NO CALLE EL CANTOR” y FUNDALATIN, encargados de la defensa. No referiré todo el cúmulo de falsedades e irregularidades confesas que contiene el expediente, sino las más destacables y de allí se podrán deducir el calibre y/o las características de las omitidas en estas líneas:

1.-    Las  actas de captura y detención están  redactadas y firmadas por la comisión de 7 militares que ejecutó el procedimiento, en camionetas sin placas ni identificación alguna, comandadas por un Coronel de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM). El detalle de los detalles:    las actas señalan como fecha de captura y detención el 4 y 5 de junio respectivamente, pero el anuncio fue hecho por el Presidente  Chávez y corroborado por Santos, quien lo felicita, el día 1, mientras el comunicado oficial del Ministro del Interior y Justicia es del día 2 de junio.    Creo que el comandante Chávez es un líder con capacidades excepcionales, pero no hasta el punto de poseer virtudes adivinatorias.
Sencillo imaginar el forjamiento de las actas y la compulsión a que fue sometido el artista al firmarlas, luego de haber estado numerosos días atado y amordazado, aislado totalmente y sin asistencia legal ni funcionario alguno que garantizara sus derechos.

2.-    Como agravante,    el Fiscal 20 del Ministerio Público    que apareció por primera vez para el detenido, a los 66 días de su detención, expresa de viva voz en el Tribunal 26 de Primera Instancia no hacer imputación alguna, por no existir delito alguno cometido por el detenido en el Territorio Nacional, con el añadido de que el único documento que reposa en el expediente que pretende inculpar al preso y con el que intentan justificar la detención, es una circular de Interpol, emitida en el año 2002 y en la cual se sindica al artista de “extorsión telefónica” (año 1999) y “ataque armado contra el ejército resultando heridos dos soldados” calificando dicho acto como “lesiones personales con fines terroristas” (¿?) en el año 2001, en la población de Parranda Seca, Municipio Ciénaga del Departamento de Magdalena. ¡El Estado colombiano, campeón de escándalos por  chuzadas, amenazas y chantajes telefónicos a su Corte Suprema, acusando con cinismo de lo mismo que delinque! También acusando a Conrado de    participar en un combate de las fuerzas políticas insurrectas de las FARC-EP, contra las FFAA del Estado colombiano, en Parranda Seca, localidad situada a más de 1000 kilómetros de distancia de San Vicente del Caguán, lugar donde estuvo Conrado durante todo ese año, sirviendo como delegado en los Diálogos de Paz,  entre el gobierno para entonces de Andrés Pastrana y las FARC-EP,  según consta en numerosos videos existentes y como afirman todas las fuentes informativas y oficiales que hoy lo criminalizan. La capacidad premonitoria que le asignan las actas de detención al Presidente Chávez se quedó chiquitica ante Julián Conrado, quien por tales dones de ubicuidad no es solo Guillermo Enrique Torres Cueter, nativo de Turbaco, sino también Mandrake el Mago, esta vez plagiado al caricaturista Lee Falk por  la  imaginación de la “justicia” colombiana, que  le concedió la prodigiosa capacidad de aparecer y desaparecer según le convenga al aparataje represivo que lo persigue con obsesión. A la capacidad de resurrección  del cantautor, luego de su anunciada muerte por el Presidente Santos en la masacre de Ecuador, ahora debemos sumarle la de transmutarse, del Sur al Norte de Colombia en cuestión de instantes o, lo que es lo mismo, en el tiempo que tarda la policía colombiana en falsear una solicitud de captura.

3.-  ¡Agárrense de la silla!:    NO HAY NINGÚN TRÁMITE DE EXTRADICIÓN, como afirmó el Ministro Tarek Al Aissami, en tanto    NO HAN PRESENTADO LAS AUTORIDADES DEL PAÍS VECINO NINGUNA SOLICITUD  DIPLOMÁTICA A PROPÓSITO, como pauta la    Ley Aprobatoria de 1998 del Tratado de Extradición de 1985  con Colombia,      cuya vigencia  discuten algunos juristas por no ser ratificado en el Parlamento colombiano,    cual  Estado requirente y como exige el Artículo 4 de la misma Ley.  Las circulares rojas de Interpol solo suponen una  detención preventiva y, esto, solo en casos de  que los países donde pudiera activarse, de manera soberana, le otorguen tal valor.    Una circular roja de Interpol implica, repetimos,    tan solo una detención preventiva y por un lapso taxativamente definido, en el cual el país requirente (supuestamente Colombia) debe presentar recaudos firmes para que el país requerido (supuestamente Venezuela) proceda en un máximo de 60 días (y no los 74, que lleva ya el detenido), en sus instancias jurisdiccionales y según las leyes y tratados internacionales propios(as) suscritos(as), para considerar la posibilidad de extradición.    No existe  entre Venezuela y Colombia, ningún obligación legal de extradición por razones diferentes a las establecidas en el cuestionado tratado, en su Artículo 1,  aparte b), que reza “Que el hecho por el cual se solicita la extradición constituye delito y sea punible por la legislación sobre sustancias estupefacientes y psicotrópicas del Estado requirente y del Estado requerido”, por lo que las medidas parecidas ejecutadas en el pasado han estado motivadas por consideraciones de tipo político, sin sustento legal alguno y prohibidas por los Tratados Internacionales suscritos por la República.    Sería interesante revisar, como antecedente para entender mejor este ítem, la información emitida por la misma Interpol relacionada con el prófugo Manuel Rosales, solicitado por actos de corrupción.
Quiero pensar que el Ministro El Aissami está muy mal informado por sus subalternos y abogados asesores. O que afirmó ese disparate amedrentado por la jauría reaccionaria colombiana.  Quizás también se suma al homenaje a Cantinflas, en su fecha centenaria. ¡Quién sabe!

4.-  Con la “puesta a derecho” del cantautor, el pasado 5 de agosto ante el Juzgado 23 de Primera Instancia a cargo de la jueza Norma Ceiba Torres se intentó regularizar el procedimiento del arbitrario secuestro y detención del cantautor colombiano, 66 días después de consumado y violatorio de los principios de respeto a la dignidad y derechos humanos que consagra nuestra Constitución. La jueza Ceiba Torres, se saltó a la torera la justicia, sin consistencia ni motivación legal alguna, dictaminando una detención cautelar, hasta tanto el Tribunal Supremo tome una decisión al respecto, dándole continuidad y cohonestando las falacias del gobierno colombiano, secundado por algunos funcionarios venezolanos con actas viciadas de ilegalidad manifiesta, en cumplimiento no se sabe de quienes y/o qué instrucciones.
“Quien con niños se acuesta, mojado se levanta”, dice el refrán y es de sospechar que, en esas andanzas de colaboración de nuestras fuerzas represivas con las del hermano país, nos contagiamos de la epidemia de “falsos positivos” que son el día a día en el tenebroso escenario represivo de Colombia. ¡Cómo nos salpica el ventilador!

Lo anteriormente mencionado, demuestra el carácter meramente político y no judicial o penal de la arbitraria detención y secuestro, en la pretensión de reeditar el Plan Cóndor y empantanar más aún a Venezuela en la guerra interna  colombiana, quebrando su manifiesta imparcialidad histórica y vocación pacifista, perpetuando los nefastos sufrimientos del hermano pueblo y sus consecuencias de este lado de la frontera. Solo es aceptable nuestra participación en el conflicto, de acuerdo a los altos principios humanitarios que guían a la revolución bolivariana y  a nuestro líder Hugo Chávez, siendo impulsores y mediadores en un proceso de diálogo y paz, tal como se intentó  en el pasado.

  Julián Conrado no es reo debido a las imputaciones que retorcidamente se le hacen, sino por ser un dirigente político que durante décadas ha militado en la lucha contra la opresión. Difícilmente en un proceso transparente se le podrán comprobar “delitos de violencia” pues la labor insurgente que desarrolló fue fundamentalmente de tipo cultural; incluso los mismos medios, que contradictoriamente lo acusan, sostienen que    “...su misión no era el combate sino el trabajo de masas a través de la música y las composiciones...”, como podemos ver en la noticia que televisó la Cadena Caracol el día 2 de junio y que corrobora lo que venimos afirmando: Julián Conrado es un político perseguido, secuestrado y preso, amenazado de ser entregado al imperio y con la perspectiva de sufrir “…tortura y la muerte…”;    endilgándole delitos inexistentes, supuestamente cometidos por él; y, paradójicamente, con el currículo de  ser “ex miembro de la Unión Patriótica”, “integrante del comité temático de los diálogos de Paz del Caguán” e “ideólogo-cantante de la FARC-EP”. ¿Quién entiende este pasticho de “imputaciones” y halagos, de “culpabilidades” y alabanzas?, sin debido proceso ni defensa legal alguna.

¿Seguirá la Venezuela bolivariana enlodándose en esta pesadilla? Hay sobrados elementos y condiciones para que no sea así. Sin embargo, ello dependerá de las tantas voluntades honestas y conscientes que hemos decidido una América sin ignominias y de justicia para los pobres.

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NOTA: 
Se llama a las personas conscientes y medios alternativos a dar la máxima información sobre el tema: sólo mediante la información podría evitarse una injusticia mayor e irreparable. 


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