20 ago. 2011

Para recordar al Compañero David Berrios. En ocasión de su fallecimiento.


“Amílcar yo no te lloro
Te llora quien sé querer
Llora conmigo y no olvida, caramba,
Por eso lloro también.”
Pablo Milanés


Uno a veces pretende que la muerte es algo natural. Y hasta que la muerte se debe aceptar como lo que es. Lo cierto es que es sin ninguna duda la muerte es la interrupción de la vida. Uno puede adoptar los sucedáneos de creer en el “más allá” y todas esas cosas. Pero no es asunto de creer. ¡Ojala lo Fuera!

Ahora estoy escribiendo esta nota que, dentro de mi manera de ver las cosas, es cualquier cosa menos un homenaje. Hace unos minutos murió David Berrios. Y como siempre pasa en estos casos, se le viene encima a uno un  montón de vida, de recuerdos, de cosas, de contradicciones, de miedos, de alegrías, de todo eso que es la contradicción entre lo que somos y lo que dejamos de ser…

Yo tuve diferencias con David, hace algunos años hasta “peleamos”. Quiero decir tuvimos diferencias en cuanto a “formas” y quizás hasta algunos “contenidos”. Pero, que arrecho, fueron formas y contenidos derivados de un trabajo concreto, no de cumplir una tarea, más bien de una tarea cumplida, que no es exactamente lo mismo.  Sin embargo, recordaba ahora, hace muchos años, las armadas y desarmadas de la tarima del viejo Víctor para los actos en la Ranchería o en El Molino o en tantos otros sitios. Recordaba también aquel poco de talleres dados desde Convite y desde la Escuela de Comunicadores Populares, La Azulita, Canagua, San Juan… Coño, no sé, en tantos sitios… Recuerdo la Escuela misma… los momentos iniciales desde Convite y los momentos posteriores, cuando comenzaron los problemas… Por ello, recuerdo también la casa en la Otra Banda y a Luis, a Vampiro. Coño, recordaba la maleta de la radio y todo aquel extraordinario trabajo y todos sus frutos y enseñanzas… Coño, recordaba…

Hay gente que piensa que todo tiempo pasado fue mejor. Yo creo que no, pienso, siento que todo tiempo presente tiene que ser mejor y si no, estamos obligados a hacerlo mejor. Creo que la vida y la muerte son presente, son ahora. 

Hoy Venezuela es un lío (bueno, en realidad el mundo,…) Estoy en graves conflictos con esto que llamamos “la revolución bolivariana” siento que no siento, que cada vez hay menos cosas de dónde agarrarse, siento que, como en “La historia sin Fin” la oscuridad está tomando terreno, pero siento también, se me va la vida en ello,  que tenemos que derrotarla. No nos queda otra… Lo contrario sería la verdadera muerte…

Cito a Pablo al principio porque además de todas las razones que expongo, o más que razones motivos, tengo una muy importante para llorar a David, hay personas definitivamente importantes para mí, que lo lloran y yo no puedo sino llorar también. Por ello, digo como tantas veces he dicho antes, por “esos muertos queridos que hacen la historia” estamos obligados a que ser PLOMO (Patria Libre o Morir) para no seguir siendo Mierda…    Edgar.

Fuente de la Fotografia: Correo del Orinoco

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