En una campaña electoral se pueden evadir ciertos aspectos que de
posicionarse en la opinión publica pudieran afectar la imagen de los candidatos y en
consecuencia la intención de votos a su favor. Sin embargo, hay temas que son
claves que no pueden ocultarse, ni mucho menos pueden delegarse en otros
voceros que sirvan de speakers emergentes.
Al caso al que me refiero es a la actitud evasiva que ha asumido como
estrategia electoral el candidato de la derecha Capriles Radonski. Ante
cualquier pregunta que le hacen los periodistas del Sistema Nacional de Medios
Públicos sobre su programa de gobierno éste sólo se limita a decir que él es
“una persona progresista”. Pareciera que la frase la repite como si buscara a
través de ella una cierta reacción mágica al mencionarse, pretendiendo producir
en el periodista que cuestiona y en la población, un aura de deslumbramiento y
admiración. Por ejemplo, si usted le pregunta al candidato de la MUD por la política petrolera,
si va o no a privatizar PDVSA en un supuesto –muy negado por demás- de llegar a
ser Presidente de Venezuela, sólo se circunscribe a señalar una serie de
generalidades o meras insinuaciones enmarcadas en el discurso neoliberal. ¿Olvidarán
los asesores del candidato del sionismo que el pueblo se alarma cuando le
hablan de “progreso” porque detrás de eso está el nefasto rostro del Caracazo? Sé de las argucias retóricas que tiene
actualmente la derecha internacional para capitalizar los errores y obstáculos
de los gobiernos humanistas que están en nuestra región. Sabemos además cómo el
método de Uribe, empachado del más recalcitrante “populismo” de derecha, se ha
convertido en aliento para quienes adversan al Presidente Chávez. Allá en
Colombia hablando de “progreso” y “paz”, hasta el más tecnócrata, belicista y
proimperialista, ha ocupado la Casa de Nariño.
La sola frase “progreso” no alienta a multitudes,
ni menos aún sirve como piedra filosofal para recorrer al país y pretender
captar la atención del universo electoral venezolano. El solapamiento
discursivo que tiene Radonski cada vez que se le pregunta por su plan de acción
o proyecto, caerá por su propio peso en
la medida que nos acerquemos al 07 de octubre. Lo hará porque a pesar de todos
los problemas que tenemos, lo que sí está claro es que este pueblo ya no es el
mismo de antes que engañaban con frasecitas artificiosas al mejor estilo de
Colón y Cortez mostrando espejos a nuestros indígenas tratando de domesticarlos.
Es importante advertir que la palabra PROGESISTA, es la frase de laboratorio y
el concepto recurrente del candidato de la MUD. No dudaría incluso que si un “osado” periodista,
de esos que nunca faltan en las parodias de la objetividad, mejor
conocidas como ruedas de prensa, se atreviese a preguntarle a Radonski por sus
gustos culinarios: si le gusta el Pabellón con agua de panela o prefiere el
sancocho de bagre, una vez más Radonski, como esperpento robótico afirmaría:
“yo de esas cosas de la izquierda retrógrada no sé, porque yo soy una persona
progresista”. Capriles pretende ocultar el daño generado por la oscurana
neoliberal con una palabra, quiere hacerlo en un país que ya no es el mismo de
cuando mandaron por estas tierras sus mentores políticos.
Nota: si quieren
conocer un poco más los desmanes discusivos de la derecha, les recomiendo leer
“El gentil burgués hombre” de Moliére; a lo mejor encontrarán ustedes amigos
lectores en esta pieza literaria, cargada de una sutil y necesaria ironía,
ciertas frases y formulismos planteados por el actual candidato Capriles
Radonski. Dice el burgués en la obra de Moliére: “Síganme, que quiero lucir mi
traje por la ciudad; y, sobre todo, procuren caminar muy cerca de mí, para que
vea que ustedes me pertenecen…”
1 comentario:
Fuerza Capriles! Mi apoyo desde Bolivia.
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