Los días conmemorativos a veces
tienen sentido, especialmente cuando hay razones. Otras veces son simplemente
escusas, como aquel en que los poderes fácticos iban al panteón para garantizar
que Simón no se había escapado.
Hace rato me preguntaba sobre
el sentido de un día para la mujer.
Sé que me van a decir que es una celebración que tiene contenido político, que
pertenece a las reivindicaciones políticas y sociales que una de las “minorías”
ha logrado gracias a la lucha de clases. Como si pudiera ser minoría la mitad
de la población del planeta.
Por eso ahora no voy hablar del
sentido de las luchas de las mujeres por lograr derecho a lo que les
pertenecía. No voy hablar del derecho a un salario, después el derecho a un salario
digno, después a un salario idéntico, el derecho al sufragio, el derecho a su
cuerpo, el derecho a hablar, el derecho amar…
Yo no se (lo cual no es raro,
siempre he sido un tipo corto de entendederas, y por ello se pocas cosas) pero
siento que hay algo que no me termina de gustar en la forma en que se cuentan
todas esas historias, pues siempre las he sentido como contadas desde lo
convencional. A veces parece que cuando la mujer alcanza una, otra,
reivindicación (que ya era suya y que le había sido arrebatada en nombre del
varón Capital) simplemente logra parecerse cada vez más al hombre. Y que aun cuando la sociedad, la comunidad y
la revolución son mujeres, el poder sigue siendo única y exclusivamente varón.
Y hasta ahí llega todo.
Po eso ahora quiero hablar
simplemente de la mujer…
Elvia, por ejemplo (y en ella
todas las Elvias de cada quien) esa mujer tranquila, inocente, pura, pero
decidida, diligente y entregada que me hizo. Muchas veces, después de tanto
tiempo que siento su ausencia, me pregunto, ¿Cuánto de ti tengo yo? O más bien
¿qué poco sería sin ti?
Pero, y ¿todas las otras,
aquellas qué un día me hicieron perder la razón y aquellas qué lucharon palmo a
palmo para hacérmela encontrar de nuevo? ¿Y todas aquellas qué sin haber
conocido nunca marcaron mi vida, o más bien, la determinaron: Rosa, Simonne, Manuela,
Violeta, no se…, tantas? ¿Y todas aquellas qué un día parieron personas sin las
cuales mi vida nunca habría tenido sentido…? Todas aquellas…
A veces pienso que un día para
la mujer es como un día para la luz o para el sol. No sólo es el lugar común de
que sin mujeres la vida no existiría, o la expresión machista de “oh mujeres
tan divinas, no queda otro camino que adorarlas” No. Como hombre
revolucionario, como comunista, no puedo ver las cosas de forma tan
estúpidamente simple.
Por ello no me conformo con un
día para la mujer. No importa como se llame, Elvia, María, Rosa o Rosi, J,
Karen, Eva, Elisa, Ana, May, Carmen, María otra vez, Deb, Alondra, Vero, Tina,
Irene, Tania, coño no importa como se llame, ella siempre tendrá todos los días
de mi vida y tampoco importa si no se entera… los tendrá igual.
1 comentario:
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